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domingo, 26 de febrero de 2012

Villafáfila, 1ª parte. Aves esteparias.

 La última vez que estuve en Villafáfila tuve que volverme antes de lo previsto, así que me había quedado un mal sabor de boca. El viernes, aprovechando un día libre que tenía, repetí  la visita, y esta vez pude quedarme dos días. La cosa cundió bastante, así que haré varias entradas sobre Villafáfila. Espero que las disfrutéis tanto como lo hice yo durante mi estancia por allá.

 Por desgracia, las aves estaban en general extremadamente desconfiadas, y muchas de ellas levantaban el vuelo cuando yo me encontraba aún muy lejos. Ciertamente la fotografía estaba complicada con mi modesto "300". Supongo que la larga temporada de caza tiene algo que ver con este apreciable nerviosismo de la fauna.

 Nada más llegar, estuve mirando a ver si habían llegado los primeros Cernícalos primillas (Falco naumanni). Pero todos los que identifiqué eran C. vulgares (F.tinnunculus), como este macho.



 Los palomares son buenos sitios para observar muchas aves que anidan en ellos. Son uno de los elementos visuales más característicos de la zona.


 Nuestro conocido Buxato, el Ratonero (Buteo buteo), "tórnase" aquí ave más de suelo que por tierras gallegas. La falta de posaderos obliga a controlar desde tierra.


 Otros prefieren planear cual cometas mecidas por el viento. El Milano real (Milvus milvus), hermosísima rapaz, tiene unas alas y cola muy largas, necesarias para un predador que permanece en el aire durante casi todo el día.


 Aunque a veces se posa. Por el lugar escogido parece querer insinuar algo al fotógrafo.


 No hay visita a Villafáfila que no depare el avistamiento de numerosas Perdices comunes (Alectoris rufa).  En la costa Norte gallega es actualmente un ave muy escasa, por falta de hábitats. Por ese motivo siempre resulta una observación agradable de tener cuando voy hacia el Sur.


 Estas corrían como si las llevara el diablo...


  Un Aguilucho pálido (Circus cyaneus) podría ser ese diablo. A lo largo de la jornada ví varias hembras y este macho.


  Agrupadas bajo un gran Álamo, parece una buena forma de refugiarse, mientras pasa el peligro.


 Aunque las limícolas están normalmente asociadas a las zonas húmedas, hay varias especies habituales de la estepa certealista. El Chorlito dorado (Pluvialis apricaria) es una de ellas. En total sólo observé 22 ejemplares por la reserva en todo el día (18+4). Una cifra muy pobre para estas alturas del año.


 
 Igualmente, también saqué números ridículos de Avefría (Vanellus vanellus). Éste de la foto fué quizá el bando más "numeroso", por llamarlo de alguna manera. Los que conozcan la zona, entenderán mejor la ironía.


 Otro personaje omnipresente en Villafáfila es el simpático Mochuelo (Athene noctua). Rapaz nocturna... pero no tanto. Es habitual ver ejemplares tomando el sol de la mañana desde alguna edificación humana...


..o desde cualquier amontonamiento de piedras..


  Hace poco Óscar Martínez Roza ha coordinado un censo de la especie en la provincia de Pontevedra, y ha publicado una fantástica entrada sobre eso en su blog, "Aves no sur da dorsal galega". Os recomiendo encarecidamente que veáis su artículo (está por la columna de la derecha, en "Blogues ornitoloxía", sólo tenéis que pinchar en él).

 En esta época del año, la Tierra de Campos es más bien los "Campos de tierra" (creo que fué Antonio Machado el autor de la célebre frase)


 Me han preguntado en muchas ocasiones cómo me puede gustar aquello.  Pero ciertas cosas sólo se explican a través de la emoción y del sentimiento.


 Pero es que, además, están "ellas". Las aves. Porque en Villafáfila las aves son las absolutas protagonistas de la película, dada la descomunal riqueza y diversidad que existe. En otros lugares destaca la riqueza botánica (como en las fragas gallegas), la herpetológica (...valles térmicos de Ourense), o todo en general. Pero en Villafáfila el resto de los grupos zoológicos o botánicos tienen un interés claramente menor al de la pluma.

 Y la reina de las aves es, por supuesto, la Avutarda (Otis tarda).


 Son éstos lugares de horizonte infinito, quebrados en ocasiones por los pequeños oteros y montes del horizonte, como estos del Raso de Villalpando.


 Hábitat perfecto para que la Avutarda disponga de espacios abiertos y con escasas molestias humanas.


 Vistas de cerca, son aves de una espectacularidad asombrosa. Especialmente los machos, que dentro de poco empezarán sus fantásticas ceremonias de cortejo, durante las cuales se transforman, literalmente, en una bola de plumas blancas (el "baño de espuma")


 Cuando pasan volando cerca de tu posición, con su aspecto pesado y majestuoso, dan ganas de tirarse cuerpo a tierra (yo es que hice la mili-kk...).


 Los caminos y pistas parecen no tener principio ni fin.


 La luz del atardecer me proporcionó una estampa maravillosa, con la mezcla del dorado de los campos y el cielo cubierto, con su aspecto plomizo.


 Y entonces sucedió lo mejor de la jornada.

 Aunque hace ya bastantes años que conozco Villafáfila, nunca había tenido una identificación clara de Calandria (Melanocorypha calandra), un aláudido abundante en invierno, pero escaso como nidificante. Probablemente mi naturaleza dispersa en cuanto a los objetivos de las excursiones, o mi tendencia a contar, más que a identificar, me habían negado hasta hoy la observación de esta ave. Sinceramente, aunque no soy nada "bimbero", tenía muchas ganas de ver una.

 Por eso fue un gran momento cuando detecté una Calandria cantando desde el suelo, en unos campos al sureste de la Bamba (...casi escribo "Bimbo")


 Estuve media hora petrificado, mientras dos machos de Calandria cantaban en vuelo a gran altura sobre mi cabeza, mientras se retaban para ver cual de ellos cantaba mejor.


 Aunque las fotos no son demasiado buenas, podemos apreciar claramente algunas características diagnósticas de la especie. Como la parte posterior blanca de las alas, la mancha negra del cuello (casi en forma de collar), la cola corta o la cabeza y pico grandes.


 Probablemente uno de los motivos por los que nunca la había identificado fué la confusión derivada de su canto. Había escuchado antes otras aves que imitan el canto de otras especies, pero nunca jamás con la riqueza y variedad sonora de la Calandria.

 En esta media hora los dos ejemplares que volaban sobre mi imitaron reclamos o cantos de: Cernícalo, Vencejo!, Alondra, Bisbita común, Golondrina, Abejaruco, Jilguero (canto completo, interpretado de modo magistral), Pardillo y Trigero. Probablemente casi todos ellos ejecutados por la misma Calandria, que permaneció más tiempo en la zona. Impresionante!!


 Hay observaciones que necesitan del cuaderno de campo para ser refrescadas en la memoria. Pero nunca  olvidaré lo que me deparó Villafáfila esta tarde del 24 de Febrero.

Por si fuera poco, cuando eran las siete de la tarde, casi en el crepúsculo, tuvo a bien acercarse a saludar una Lechuza campestre (Asio flammeus). Aquí si que he tenido que recurrir al photoshop, dada la oscuridad reinante en ese momento. Aclarando un poco la imagen se aprecia bastante bien la Lechuza (o Búho, como se denomina ahora).


 Mayoritariamente es un ave invernante en los páramos y campos de la zona, aunque en 1994 se confirmó la nidificación de varias parejas dentro de la Reserva de Villafáfila ("Guía de las aves de Villafáfila" J. Sanz-Zuasti, T. Velasco, C. Sánchez, 1997).


 Justo a continuación (vaya tarde!) escuché los reclamos característicos de la Ortega (Pterocles orientalis).  A cierta distancia, sus reclamos en vuelo recuerdan mucho a los bufidos de un caballo. Un grupo de tres ejemplares pasó cerca de mi posición, probablemente para beber en un encharcamiento cercano. Disparé tal como tenía configurada la cámara en ese momento.. y salió esto (no sé yo si valdría como prueba en un juicio). Como sois buena gente seguro que me creéis lo que digo. Después pasaron otros grupillos más (en total... 3+2+?)


Y para acabar la fiesta, un bando de unas 70 Grullas (Grus grus) pasó volando rumbo a sus dormideros de la Salina Grande, que era la única de las dos mayores que tenía agua.

 Mientras volaban no paraban de emitir su típica llamada, que probablemente le ha dado nombre: gru-gru-gru-...


 Si alguien me preguntara "cómo quieres que acabe la jornada?" difícilmente habría escogido otra manera mejor, para finalizar esta irrepetible tarde por la estepa castellana.


 Bueno, os espero en el siguiente capítulo.

4 comentarios:

  1. Un placer leer o teu blog, nótase cando alguén ama o que fai, e cando tés eso o resultado sempre é moi bon.
    Un abrazo.

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  2. Xa sabes cómo quero eu aquela terra, Víctor. Qué che vou contar que non saibas!
    Logo do que me pasou a outra vez (o de meu irmán) necesitaba facer esta entrada coma quen ansía respirar...
    Graciñas por comentar.
    Unha aperta

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  3. Hasta me das envidia!!!!
    Tengo que ir...
    Saludos.

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  4. Toma! e tí me das envexa coas túas fotografías alucinantes!

    Porque sigo mirando o teu blogue regularmente, aínda que non suba comentarios (polo motivo que xa coñeces)

    O que me parece moi mal é que non fagas alusión ao tema dos Ultravox que metín, que tamén son da nosa época, coño. Porque mira que "The voice" arrasou....

    Un abrazo.

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