Seguidores e seguidoras

lunes, 27 de octubre de 2014

El otro ébola

   Saben los lectores habituales que denomino "peste" a la presencia habitual de perros sueltos en los espacios naturales de la costa gallega. Le decía a Inés en el facebook que, luego de años y años intentando razonar, dialogar e informar a los dueños, he abandonado toda esperanza al respecto y, muy a mi pesar, he entrado en la fase de guerra sin cuartel, dado el talante hostil (o incluso agresivo) que he encontrado en el 90 % de los casos.

   He recorrido muchos kilómetros por toda la geografía de la mitad norte de España y ciertamente no he encontrado una región en la que la ser naturalista sea tan difícil y tan desagradable como la comarca de Ferrol (y en general toda la franja costera del norte gallego).
     El interior es un mar de eucaliptos, con una biodiversidad empobrecida hasta niveles alarmantes, y donde las constantes batidas de jabalí aconsejan largarse pitando en muchas ocasiones (y a los hechos recientes me remito).
    Los humedales costeros se han convertido en auténticas "playas para perros" en el que las molestias constantes a las aves han provocado la desaparición de varias especies y cambios importantes en los hábitos de otras.
   Y la ría es pasto de los mariscadores y pescadores furtivos, que campan a sus anchas, mientras esta actividad se considere falta y no delito. El problema es que mientras censas aves, tú no eres un ornitólogo para ellos, sino un tío sospechoso con cámara que los está grabando, La semana pasada, sin ir más lejos, se me acercaba un joven que estaba practicando una pesca ilegal en Barallobre y me preguntaba si yo "era da Xunta", muy pero que muy mosqueado. Sé que algún día me va a aparecer el coche con las ruedas rajadas, mientras lo dejo aparcado en algún lugar que yo me sé.

   En fin, que vivo en una zona donde los naturalistas somos héroes; sí, HÉROES. Pero desgraciadamente unos héroes pobres, sin el poder económico que tienen otros lobbies que yo me sé con bastante más peso político.


     Ayer tenía pensado realizar una prospección herpetológica por una zona muy interesante como es el sistema dunar de Doniños (Ferrol). Al amanecer la imagen del lago y de las dunas resultaba bastante hermosa. El reclamo de las Chovas, dos Azores volando alto y reclamando sobre un monte cercano, y la esperanza de observar alguna especie interesante en los carrizales del Oeste proporcionaban un estímulo a una mañana que empezaba de la mejor manera. El objetivo (complicado, lo sé) era encontrar alguna de las especies mediterráneas que tienen aquí el límite de distribución por el norte gallego, caso de Rinechis scalaris o Coronella girondica.


       Pero esta imagen duró diez minutos exactamente. Hasta que apareció la peste, el otro ébola, cuando llevaba levantadas apenas unas pocas piedras. En esta ocasión manifestándose como tres perros, dos pequeñajos y uno grande muy agresivo. Al momento aparecía en escena otro tío con un cuarto perro suelto. Y no aguanté más.


    Ya he dicho que se ha acabado para mí la etapa de hacer el gilipollas. No vale la pena (es que aún encima se ríen de tí los hijos de puta). Qué va, qué va, se acabó. Al enemigo ni agua!! Una llamadita y al rato se presentaban los locales, mientras yo me largaba asqueado de allí. Espero que les hayan metido un buen recetazo (el Seprona ya pasa de todo)


     Sí, ya sé que es una entrada borde. Supongo que para los que viven en entornos idílicos o en otras regiones más civilizadas les parecerá que me paso. Pero es que vosotros no sois de Ferrol.

  Me despido con una foto de un bicho normal. Fué lo único a lo que me dió tiempo en la jornada de ayer. El otro ébola se encargó de joderme la mañana.


   Y las poblaciones de anfibios palmándola con el Ranavirus ese. Si es que el mundo está mal repartido, coño...


12 comentarios:

  1. Hola Xabi:

    Dices que los naturalistas que vivís en la zona sois unos héroes. Yo, al calificativo de héroes añadiría dos más: estoicos y desventurados. Estoicos por tener que aguantar el hecho de vivir en entornos tan profundamente deteriorados. Y desventurados por haber tenido la mala fortuna de vivir en tales lugares. Viendo, a lo largo y ancho de todas las entradas de este blog, lo mucho que disfrutas con la observación y el estudio de la Naturaleza, no me quiero ni imaginar lo dichoso que serías si hubieses tenido la fortuna de vivir en lugares menos alterados... y más civilizados.

    Por aquí, por el interior de Galicia, los problemas son más o menos comunes a los del resto del territorio gallego. Sin embargo, por el momento, nos hemos ido librando de dos de los peores (y que son el pan nuestro de cada día en toda la franja costera gallega): las plantaciones de eucaliptos y la enorme densidad de población humana.

    En fin, Xabi, en ningún lugar, en materia de conservación de la Naturaleza, se atan los perros con longanizas. Aún así, a menudo pienso en los muchos días felices que tendríamos los naturalistas si hubiéramos nacido en países donde, a la condición de conservar un rico patrimonio natural, se uniera alguna más (por ejemplo, un mayor grado de civismo, de educación y de decencia ciudadana).

    Un saludo.

    Daniel Pérez Rodríguez (Ourense)

    P.D. Respecto a los anfibios y el Ranavirus sólo puedo decir que estoy desolado... desolado y preocupado.

    ResponderEliminar
  2. Graciñas, Daniel.
    As ansias por viaxar a Villafáfila ou ao Delta (aiii!, que ganas...) obedecen un pouco a esa necesidade de liberarme da frutración que implica vivir aquí.

    Por certo, xa vin a túa preocupación ao respecto do ranavirus no blogue de César. É tremendo, certamente...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Supoño que te referes ao Delta do Ebro, pois xa che aviso, que alí os "escopetereos campan a sus anchas", e teñen mais dereitos que os demais. Poden entrar na illa de Buda onde durante todo o ano está prohibido. Na ponte de Todolos Santos, uns cazadores italianos mataron un Águila peixeira e un Tarro branco. http://www.seo.org/2014/10/12/matan-a-tiros-un-aguila-pescadora-y-un-tarro-blanco-en-el-delta-del-ebro/, non penses que iso é o paraiso que che levarás unha sorpresa desagradable.

      Eliminar
    2. Estiven no Delta tres veces, Marta. E si, é o paraíso. Coñezo ese episodio dos italianos e sei que se caza alí. Pero é algo regulado e limitado a uns meses do ano.
      Síntoo pero (con todo cariño) comparar o Delta con calquera lugar de Galiza pois é un pouco forte, como se di agora.
      Grazas por comentar.

      Eliminar
  3. Aqui sempre hai que pelexar. Pelexar polos cans, pola pesca, pola caza, porque a administracion non cumpla coas suas obrigas, etc etc..

    Apertas

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. E ganas quedan cada día menos, sinceramente.
      Penso que o mellor é, directamente, que nos invada un pobo máis evolucionado. Vamos, calquera pobo ao sur do Miño e ao leste do Eo.

      Eliminar
  4. Eu son das que non se renden. E se non vai polas boas e ten que ser polas malas (multas), pois que sexa. E mentres, a educar aos rapaces que son o futuro.
    Apertas.
    Ines

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ti aínda non te rendiches porque 1-tés can 2- És máis nova e aínda non estás queimada 3- Xa non vives en Ferrol 4- És muller (tedes máis aguante ca nós)

      Lembro esa idea preconcebida (especialmente aceptada entre os máis xóvenes) de que os accidentes de tránsito son por culpa das estradas e dos sinais que están mal postos. Tal como lo cuento...Coa peste pasa algo parecido. Inflúe, claro, a "educancia" dos propietarios (non todos sodes iguais afortunadamente) pero penso que o auténtico problema é a superpoboación canina que hai nas áreas urbanas.
      No interior de Lugo e Ourense hai os cans que ten que haber: os necesarios para a caza, os pastores para gardar o gando e os de pallejro para gardar a casa. Pero na cidade (e chales dos urbanitas, que diría Eloi) púxose de moda ter mascotas e se jodeu. Nin as nosas cidades están preparadas para esta poboación perruna nin o persoal está suficientemente civilizado para iso. A tormenta perfecta. Resultado: invasión dos espazos naturais.
      Ésta é a triste realidade Inés...
      Un abrazo.

      Eliminar
  5. Nas cidades temos o ebola das bombas lapas, e coma as cabichas, esa que esta no chan non e miña que isto e de todos. Millor non falemos da educacion, hai duas semanas tiven un interesante "intercambio de opinions" cos pais do cole sobre se se poden apañar castañas e outras cousas no monte. E o argumento foi "o monte e de todos porque o concello paga para melloralo". Cagate lorito a concepto da propiedade comunal e privada que teñen alguns. E despois queredes que non leven os cans a praia..

    Cesar

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Non me fales das merdas de can César, non me fales. ¿viches algunha vez unha cagada dentro do ascensor? Eu si, hai dous meses, no meu portal.

      Eliminar
  6. Eu xa tiven as iñas agarradas con xente por non recoller a merda do seu can. A resposta mais frecuente "pois recollela ti". En Vigo hai u parque canino, e nin sequera ali recollen os donos as merdas. Alguns a meten dentro dunha bolsa, e deixan a mesma no chan. Un horror. Onde vivia antes non habi ascensor, asi que atopei merda na escaleira. Un asco e vergoña.
    Isto traeme a cabeza o tema de Corrubedo, que non se pode subir a duna e a xente segue erre que erre querendo tirarse por ela. So espero que as novas xeracions esten mais concienciadas.

    Apertas,
    Ines

    PS- Non sei se realmente os motivos polos que non me rendo son eses, so espero non quemarme coma ti dis.

    ResponderEliminar

Para comentar es necesario identificarse con nombre y apellidos