mércores, 9 de novembro de 2011

Villafáfila. Fotos antiguas.

   No sé si es porque no me gustan nada las fotos publicadas en mi última entrada, o porque siento "morriña" de allí, que hoy me apetecía poner unas fotos antiguas de Villafáfila (sacadas con la Olympus SPZ-510 que tenía anteriormente).
 Estos días además, que estoy recopilando datos de la zona, tengo unas ganas enooooormes de volver por aquellas tierras castellanas, para subir una entrada como Dios manda.

 Mientras, para matar el gusanillo, subo unas cuantas fotos de paisajes típicos.

 Como la Dehesa de Castronuevo, situada en los mismos límites de la Reserva de Villafáfila, por el sureste. Un lugar en el que podemos observar los típicos habitantes y "habitantas" de las dehesas cultivadas: Conejos, Lagartijas rabilargas, Ocelados, Culebras de escalera, Sapos corredores, Abubillas, Palomas zuritas, Alcaudones comunes, Currucas carrasqueñas, Águilas calzadas, Elanios, y un larguísimo etcétera..


 Saliendo de la reserva, en dirección Oeste, llegamos al valle del Esla, donde el terreno se hace un poco más abrupto. Además de muchas de las especies de bosque mediterráneo, aparecen también otras típicas de roquedos, como la Golondrina dáurica o el Avión roquero. En las orillas del río anfibios y culebras de auga encuentran su hábitat. Si uno se aproxima a las orillas con cuidado se pueden ver unos Barbos que meten miedo...

  La estepa cerealista es, para este "endemismo" del húmedo y montañoso norte gallego, un mundo distinto y espectacular, con esos infinitos horizontes y la impresionante serenidad que transmite. No sé si me gusta más en invierno, por lo desolado del paisaje y la dureza inmisericorde del clima...o en primavera, cuando los tallos jóvenes del cereal y las amapolas lo tiñen todo de verde y rojo.

 No hay nada comparable a la belleza de un viejo Álamo en medio de la meseta..

  Si, además, tiene uno la suerte de coger desprevenidas unas Avutardas, pues la cosa es digna ya de pasar al álbum de los recuerdos imperecederos.


 Y, por supuesto, las lagunas (o Salinas, pues son lagunas de carácter salino...y temporal, la mayoría de ellas)


  No hay mejor lugar en el noroeste penínsular para practicar el viejo arte de contar aves. Pude uno quedar miope si se toma el censo con excesivo ímpetu. Porque si quieres contar, allí hay para dar y tomar..

 Si no pasa nada raro, espero poder hacer una visita por allá antes de fin de año. Por ahora os dejo con estas fotillas (sobre todo para aquellos que no conocen la zona y quieren saber cómo es..)

Un saludo.

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