Aves del acantilado

 LEMBRANZA
Hace una semana se cumplía un año de la muerte de nuestro Pepe García Vizoso. Un buen padre, un buen marido y un tío estupendo en todos los sentidos, algo que compartirán todos los que le conocieron. Como sabéis este blog, que él me ayudó a crear una tarde de verano, está dedicado a su memoria.
  Cuando vayáis por el paseo de A Malata y veáis un párido o un lúgano, sabed que el espíritu de Pepe está en ellos, pues fueron muchas las horas que paseó por allí fotografiando pajarillos mientras luchaba contra la enfermedad. Le habría encantado ver que nuestro blog va a llegar mañana a las 100.000 visitas.
  Grazas Pepe

AVES DE ACANTILADO

  Este fin de semana lo he dedicado a trabajo de campo. Ayer básicamente para el censo de Focha que coordina la SGO (en el embalse de As Forcadas) y hoy para el Atlas de aves reproductoras de la SEO en una de las cuadrículas que he escogido en la comarca de Ferrol.

   A Coruña es probablemente la provincia de la España peninsular que dispone de más kilómetros de costa con grandes acantilados (de más de 100 m. de altura, digamos). Así que también somos una "potencia" para las aves asociadas a este hábitat peculiar.
  A las 7,00 h. ya estaba bajando por el primer camino hacia una furna que conozco desde hace años y que reune una avifauna muy interesante. Aunque el objetivo era la anotación de las diferentes especies reproductoras de la zona, le dediqué una especial atención a dos en concreto: el Halcón peregrino (Falco peregrinus) y al Roquero solitario (Monticola solitarius).
  Del primero vi un ejemplar, que posó bastante lejos. Últimamente han cambiado el emplazamiento del nido y ya no se ve desde tierra. Pero pude comprobar que Faustino & family siguen por aquí.

  También localicé dos machos cantores de Roquero solitario. Pero al amanecer, y en la parte de abajo de los acantilados, hay una sombra terrible. Saqué una foto testimonial, como pude.

  Poco a poco fuí buscando un mejor mirador. Aprovechando que amainaba un poco el viento que siempre hace en nuestros acantilados monté el trípode, a ver si así lograba mayor nitidez.

  Fueron un total de cinco horas de observación, la mayor parte de ellas esperando desde el borde de la pared. A medida que avanzaba la mañana, se notaba más la luz, aunque el ave seguía en la zona de sombra. Esta foto, con el trípode, me gusta. Nunca pensé que podría disparar con una velocidad de 1/30 segundo a un pájaro situado a 100 metros de distancia y con el zoom a tope.

 Canon SX50   F:6,5   V:1/30 seg (trípode) ISO 80 Focal equiv 1200 mm

   Otros habitantes habituales del acantilado me entretenían las esperas: Acentores comunes (Prunella modularis), Chochines (Troglodytes troglodytes), Colirrojos tizones (Phoenicurus ochruros), Currucas rabilargas (Sylvia undata), Chovas piquirrojas (Pyrrhocorax pyrrhocorax) o Cuervos (Corvus corax).

  Alcancé una punta espectacular, relativamente próxima a uno de los cantaderos de Roquero. Nunca llevaría a mi sobrino a este sitio, desde luego, porque hubo algún momento de cierto peligro.
  Esperé allí más de una hora para ver si volvía el roquero.
 

    Abajo, en la otra parte de la furna, localicé varios Cormoranes moñudos (Phalacrocorax aristotelis). Que me corrigan Paco o Xan si me quivoco, pero pienso que en nuestra zona el cormorán es un nidificante mucho más madrugador de lo que habitualmente he leído publicado. Recuerdo ver los nidos ocupados en Enero o Febrero.
  Hoy había un joven del año (imagino) que se mantuvo toda la mañana sin moverse de "su" piedra. Al parecer en cuanto salen del nido los jóvenes volantones pasan un tiempo en las rocas cercanas, hasta que se independizan definitivamente de sus progenitores.

 Cormorán moñudo juvenil

  Un adulto subió varias veces hasta él, pero no aprecié ceba. La verdad es que tampoco presté mucha atención (estaba a lo que estaba).

Cormoranes moñudos (Phalacrocorax aristotelis)

 Justo cuando me disponía recoger los bártulos, uno de los Roqueros se posó en el cantadero de la foto anterior.

Roquero solitario (Monticola solitarius), macho

 Cogió ceba y salió pitando. Apenas me dió tiempo a disparar tres fotos.

   Bueno, ya sé que no son las mejores fotos de Bichos, pero os aseguro que esta entrada está muy, pero que muy trabajada. Fueron horas de espera y caminatas entre los tojos con un pantalón fino como papel de fumar. Porque nunca me había pinchado tanto en mi vida, y he andado mucho por tojales, podéis creerme. Os pongo una foto de una parte del "camino" (por llamarle algo) que tuve que recorrer.

Tojales costeros típicos

  Y donde se aclaraba el tojal, estaba infestado de Garrapatas, que estuve media hora quitándome de los pantalones. En fin, mucho trabajo, una madruga de las buenas y una mañana de bicheo por un paraje espectacular rodeado de aves y del recuerdo de Pepe Vizoso.

 Hasta la próxima!