Efectivamente la Consellería de Medioambiente ha empezado las obras para abrir el canalillo que año tras año se demuestra ineficaz para el propósito de vaciar el lago. Claro que en realidad esa nunca ha sido la intención de la Xunta, cuyos responsables únicamente pretenden evitar la inundación de las casas cercanas a la orilla. Porque el trazado diseñado por la Consellería tiene tan poco caudal y fuerza que apenas baja el nivel del lago y se cierra en cuanto hay un poco de mar.
Como resultado cada invierno se gasta un montón de recursos públicos en abrir este pequeño canal de desagüe que se obstruye siempre a los pocos días y que por tanto es necesario volver a reabrir de nuevo con el mismo operativo de hombres y máquinas. Todo para que al final la laguna abra por donde siempre (o la abran cuando no les queda otro remedio) y se vacíe por fin.
Lo más esperpéntico es que este canal no contenta a nadie. A los vecinos porque siguen con problemas (hoy varios de ellos tenían sus fincas completamente inundadas) y a los ecologistas más integristas porque lo ven como un vaciado artificial (algo absolutamente falso pues no vacía nada, como he dicho).
Mientras dura el espectáculo quien lo paga es la biodiversidad, afectada directamente por la pérdida de hábitats que causan estas inundaciones tan salvajes. Porque esta laguna no es zona Ramsar por su población de acuáticas, muy modesta, sino precisamente por el número de hábitats catalogados en las directivas europeas. Al subir tanto el nivel de las aguas (algo derivado de la actividad humana, en mi opinión) se pierden un montón de hábitats y microhábitats donde las aves se alimentan o descansan, como aguas someras, intermareales arenosos o fangosos, carrizales, incluso pequeños humedales pantanosos del sistema dunar, que se ven colapasados por la entrada del agua del lago. Con ello la caída del número de acuáticas es brutal, desapareciendo completamente ardeidos, limícolas y muchos patos de superficie. Porque lo que hay ahora mismo es un enome vaso lagunar prácticamente sin orillas ni protección de la vegetación palustre.
Una de las especies más afectadas es el Avetoro (Botaurus stellaris), que tiene en esta laguna uno de los escasos cuarteles de invernada regular en todo el NW peninsular, con una población estimada de 1-4 ejemplares. Aquí podéis ver fotos de él y de su hábitat en condiciones hídricas normales. Sin embargo en estos momentos el área de campeo y descanso favorita por esta garza vadeadora está con metro y medio de agua. Y el resto del carrizal está mucho más inundado aún.
En rojo hábitat del Avetoro, completamente inutilizable ahora mismo
A veces me pregunto si en la Consellería de Medio ambiente habrá alguien preocupado por el Medio Ambiente. Por trepar y promocionarse seguro.
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