venres, 7 de abril de 2023

Forgoselo, huyendo de la masificación litoral

   Los espacios naturales costeros son un lugar hostil para cualquier persona que guste de pasear sin ver perros sueltos amenazando a las aves (o a las personas). Y sé que en estos días con vientos de NE la laguna de Valdoviño debe estar muy animada por la migración primaveral, pero yo ya no estoy para discutir o pelearme con delincuentes, que aun encima gozan de protección policial y judicial. 

  Mucho mejor pasear por los tranquilos montes de O Forgoselo.


Paisajes de O Forgoselo

OM-1 + Panasonic 14-42 mm (a 28 mm equiv.)  ISO:200   V:1/ 500   F:8

  El nordeste (nordés, como decimos en gallego) suele provocar la sedimentación de muchas aves migrantes en esta época del año. Pequeños grupitos de collalbas grises aparecían aquí y allá por todo el recorrido. Otras, como la alondra común son especies residentes y todavía comunes como reproductoras, al igual que acentores comunes, currucas rabilargas, chochines, tarabillas comunes, pardillos, todas habituales de los tojales y brezales abiertos.

Alondra común (Alauda arvensis)
OM-1 + Zuiko 100-400 mm   ISO:500   V:1/800   F:7,1

Alondra común (Alauda arvensis)
OM-1 + Zuiko 100-400 mm   ISO:800   V:1/640   F:6,3

Collalbas grises (Oenanthe oenanthe)

Collalba gris (Oenanthe oenanthe)
OM-1 + Zuiko 100-400 mm   ISO:800   V:1/500   F:6,3

  En los pinares pude observar herrerillos capuchinos, carboneros garrapinos, agateadores, bisbitas arbóreos, zorzales charlos o escribanos montesinos. En esta ocasión no detecté ningún piquituerto (Loxia curvirostra), nidificante desde hace unos años.

Paseo por uno de los pinares

Escribano montesino (Emberiza cia) hembra
OM-1 + Zuiko 100-400 mm   ISO:2000   V:1/500    F:6,3

Escribano montesino (Emberiza cia) macho
OM-1 + Zuiko 100-400 mm   ISO:1600   V:1/500    F:6,3

    A destacar la escasez de aves rapaces detectadas: apenas un par de ratoneros, un milano negro y este bonito cernícalo vulgar:

Cernícalo vulgar (Falco tinnunculus), macho
OM-1 + Zuiko 100-400 mm   ISO:160   V:1/500   F:6,3

  Además de las aves O Forgoselo es una magnífica reserva de anfibios, gracias a sus numerosas charcas, turberas y arroyos de aguas cristalinas. Ésta es una de las charcas más grandes, ahora tapizada de ranúnculos.

Típica charca de montaña semipermanente

  Ignoro si existe un "índice de bichos por piedra levantada" (I.B.P.L.?) pero desde luego este índice ha caído en picado de 20 años para aquí. Levanté docenas de piedras y sólo encontré un tritón jaspeado, una rana bermeja ibérica, un sapillo pintojo y tres sapos corredores. Del sapo partero hace años que no tengo noticias, aunque ayer vi una larva en un arroyo. A todo esto os recuerdo que para manipular anfibios hace falta permiso de la Xunta (podéis solicitarlo si colaboráis en alguno de los programas que mantienen asociaciones como la SGHN, la AEH o Hábitat).

Piedra típica

Tritón jaspeado (Triturus marmoratus) en fase terrestre

Sapillo pintojo ibérico (Discoglossus galganoi)

Sapos corredores (Epidalea calamita)

  Las larvas de sapo corredor y las de sapo común son muy difíciles de distinguir si no es en la mano y con lupa (aun así cada guía da claves diferentes!). Pero el hábitat suele ser diagnóstico, pues el corredor ocupa aguas más superficiales y estacionales que el común, que además prefiere bosques, huertas o jardines, en vez de las turberas, sistemas dunares o laderas pedregosas secas en las que encontraremos siempre al corredor.

Larva de sapo corredor

  Termino con la otra fauna de la sierra, que son un elemento paisajístico característico de los montes mancomunales gallegos: las vacas y los caballos.


 No vemos en el próximo post.

2 comentarios:

  1. José Rodríguez Vázquez9 de abril de 2023, 12:41

    El milano negro cría todos los años en el mismo lugar, este año también. Llevan aquí desde el 18 de Marzo

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    1. Grazas, veciño. Supoño que falas do piñeiral de Pinus radiata que hai na turbeira antes do curro á dereita. Estes chegan moi cedo de África. Polo centro de Galiza xa se ven os primeiros o 1 de marzo. E en Betanzos téñoos visto xa o día 10 (hai 30 anos, cando era unha rareza polo estremo norte!)
      Saúdos.

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