xoves, 4 de outubro de 2018

Comida y medio natural

    En este mundo no existe una sola cosa que permanezca independiente del resto. Nuestras acciones de la vida diaria tienen siempre consecuencias a nuestro alrededor, aunque a veces no las veamos inmediatamente. La contaminación marina por plásticos es un grave problema ecológico que estamos empezando a descubrir muchos años después de haberlos causado. Por eso a veces pequeñas decisiones diarias son más importantes de lo que creemos.

  Con nuestros hábitos y costumbres en la mesa podemos escoger, consumiendo de manera responsable, sana y sostenible. Es lo que he intentado desde siempre y motivo en parte por lo que me hice vegetariano hace veinte años, hasta que tuve que dejarlo temporalmente contra mi voluntad. Ahora que puedo hacerlo tengo intención de ir reduciendo el consumo de productos animales de manera progresiva para volver al lactovegetarianismo otra vez. Con esta idea he estado comprobando como ha cambiado el mercado "vegeta" en estos años:

 Harina de garbanzo

    Antes había que buscar muchos artículos en tiendas ecológicas, donde se ofrecían habitualmente a unos precios elevados no aptos para todas las economías, especialmente en estos tiempos de crisis. O traerlas directamente de tiendas hindús aprovechando viajes a Madrid y Barcelona.

   Ayer, mientras visitaba una gran superficie comercial de Ferrol me sorprendió encontrar harina de garbanzo hecha en Andalucía o tofu a un precio de 1 euro/400 gr. El jengibre, la cúrcuma o el cilantro fresco ya se encuentran en cualquier comercio. La llegada de población emigrante del Magreb o de Sudamérica ha normalizado muchos alimentos típicos de aquellos países y la creciente moda animalista/vegana entre la población joven urbanita ha disparado la cantidad de productos veganos disponibles. Todo ello redunda en beneficios para el consumidor.

 Tofu

 Vaya por delante que soy un enamorado de la cocina tradicional, aunque cuando digo "cocina tradicional" no me limito sólo a la ibérica, sino también a la hindú, china o del Mediterráneo oriental.

Tahini (crema de sésamo)

   Actualmente disponemos de abundante información para realizar compra responsable. No siempre se puede pero si podemos es recomendable escoger siempre producto local, con certificación de bienestar animal y con el menor plástico posible. Por supuesto separando la basura generada entre papel, vidrio, plástico y orgánicos. No hay disculpa para no reclicar.
    También existen cadenas con productos de comercio justo, que defienden las condiciones y derechos de los trabajadores y trabajadoras implicadas en su producción. Cuando compras, el precio más barato suele venir manchado con la sangre y el sudor del trabajador.

Leche gallega con certificación de bienestar animal

 Si consumimos carne o huevos hay que intentar que los animales hayan sido criados de la manera más natural posible. Si son "da casa" mejor. El medio ambiente y tu salud te lo agradecerán.

 Consumir no es una acción más. Estamos diciendo mucho al mundo con la manera en que comemos.
  Tú qué le dices?

4 comentarios:

  1. Eu digo-lhe que, ao ritmo ao que vamos, com comidas hiperprocessadas, hipercalóricas, hiperaçucaradas e hiperenvasadas em mil plásticos, IMOS AO CARALHO. Muito tenhem que mudar as cousas para que os meus sobrinhos pequenos nom medrem ingerindo compostos plásticos ou insalubres (valga a redundáncia) em cada comida... Panorama cinzento escuro quase negro, Xabi. Abraços e saúde, por dizer algo... Damián

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    1. Hojendia as nais nom sabem cozinhar (os pais nunca soubérom). Para cozinhar fai falta tempo (sei-no bem) e a suposta "liberaçom" da mulher o único que fixo foi destruir esa cadea de transmissom de conhecimento da cozinha tradicional, que se passava de nais a filhas desde há séculos. Ao rachar essa cadeia, os progenitores nom sabem nem tenhem tempo para fazer comida decente (por estarem ambos trabalhando) e recorre-se à comida pre-cozinhada ou comprada. Isso sim, com dous salários vén maior poder adquisitivo e maior capazidade de consumo. Que era do que se tratava.

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  2. Discrepo. Eu sempre cociñei (é o que ten que che guste comer ben),tanto cando traballaba, coma cando non. Se non tes tempo durante o día, o tes polas noites. Todo é que che guste cociñar, e comer en condicións, hehe.
    Polo demáis,para min o problema ás veces é o precio dalgúns productos. Eu,por exemplo, compro ovos camperos dende hai moitos anos. Miña nai non, porque custan máis.
    Se os soldos e pensións foran algo máis decentes, cecáis habería máis persoas que comprarían máis responsablemente.

    Un saúdo.

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    1. Sempre hai excepcións (eu son un home e, por excepción, tamén sei cociñar). Pero coñezo moitas parellas (colegas ou do choio) e levo anos fixándome nestas cousas porque me interesa o tema. Só hai que poñerse na cola dunha caixeira do supermercado e ver a cesta da compra de calquer parella xoven. Difícilmente lles verás levar unha mada de nabizas, peixe ou produtos cárnicos que conleven unha elaboración lenta. Todo comida rápida e fritanga. A miúdo a fin de semana é o único momento en que comen como Dios manda, en casa da aboa (téñoo escoitado moitas veces a colegas e compañeiros de traballo que cho confesan).

      Con respeito aos prezos, pois baixaron moito. Antes algúns artigos eran certamente proibitivos para unha familia media. As hortalizas ecolóxicas seguen a ser moi caras, pero as carnes ou ovos ecolóxicos e os derivados da soxa, por exemplo, baixaron moitísimo.

      Apertas.

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