mércores, 23 de setembro de 2020

Laguna de Valdoviño, visita rápida de control

 "Valdoviño, bendecida por Dios al permitir su caza controlada por el ICONA y maldecida por los hombres que la han llenado de carreteras y apartamentos, haciéndola agonizar como paisaje". Esto escribía el maestro José Curt Martínez en su libro "Galicia viva, la fauna gallega y algo más" en 1978.

Laguna de A Frouxeira, Valdoviño

  Hubo un tiempo en que el lago de Valdoviño era mi segunda casa, que visitaba varias veces por semana. Allí me perdía durante horas, abstraído con su naturaleza y con la tranquilidad del entorno. Sin embargo hoy en día apenas voy. 

    Primero fue el "cruising" (encuentros sexuales rápidos entre personas gays), que convirtió el sistema dunar en un lugar bastante incómodo para pajarear, especialmente a última hora de la tarde. Fuimos varios los colegas naturalistas que tuvimos encontronazos con ellos, que debían pensar que estábamos espiándolos (algunos eran bastante maleducados además). Creo que los interesados diponen de otros muchos sitios para sus encuentros sin ser un espacio natural protegido, digo yo.

   Después fue la invasión mascotera que, afectando globalmente a toda nuestra sociedad, se hizo insoportable en los espacios naturales próximos a las ciudades. Ya hemos hablado largo y tendido sobre este grave problema, así que no me repetiré. Entre una cosa y otra me fueron quitando las ganas de ir a la laguna. Ahora cuando voy lo hago de manera breve, furtiva, casi clandestina, como esta lluviosa mañana en que me acercaba para verla.

Sector norte de la laguna

   Como es habitual en esta época, el lago está cerrado y separado del mar, con un nivel de agua alto, que crece cada día gracias al aporte de los ríos y de la lluvia.

Gaviotas descansando en la barra dunar

  Aunque a alguno le suene raro, cuando esta laguna tiene mucha agua baja muchísimo la biodiversidad, especialmente la relativa a las aves acuáticas. El motivo fundamental es que se ven privadas de las aguas someras, de orillas y de bancos de fango o arena. Son muchas las especies que abandonan la Frouxeira en estas condiciones pero aparecen súbitamente en cuanto se vacía y recupera su condición estuarina. Aunque algunas aguantan, como el ánade friso, una de las pocas acuáticas que se reproducen aquí.

Ánades frisos (Anas strepera) en la orilla norte

  Cormoranes grandes, zampullines chicos, fochas y azulones son las pocas acuáticas que se pueden ver con estos altos niveles hídricos. A partir de Octubre irán llegando porrones, cercetas o cucharas.


Fochas (Fulica atra) descansando en la orilla dunar

   Pero los carrizales y juncales son ahora hábitats hostiles para todas las acuáticas que necesiten aguas someras parta alimentarse o descansar. Un solitario zampullín nadaba en un claro del carrizal.

Claro del carrizal inundado
 
   Hace veinte o treinta años habría dedicado la mañana de hoy a recorrer las dunas y la playa, buscando pájaros migrantes, limícolas o anfibios en las charcas estacionales. Eran otros tiempos. Años antes ya lo había vaticinado nuestro querido Curt, como si supiese lo que estaba por venir.

Zampullín chico (Tachybaptus ruficollis)
Nikon B700 focal 1440 mm  ISO:400   V:1/200   F:6,5

    Toca esperar a que la laguna abra al mar y se vacíe, bien por intervención mecánica, bien por intervención divina. Sin duda es el momento más esperado por todos los ornitólogos ferrolanos.

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