Ahora que tengo un equipo semiprofesional de alta gama es el momento de hacer balance tras doce años haciendo fotografía naturalista casi siempre a pie de obra; esto es, sin hide, ni trípode, ni flashes, ni comederos, etc. Mayormente con equipos bridge, pero ahora con cámaras sin espejo y hace años también con algún equipo reflex modesto.
Sony RX10 III (izda) y Panasonic G7 + Pana 100-300 mm (dcha)
Y debo decir que en muchos casos un equipo de óptica intercambiable no supera el resultado de una buena compacta bridge si hablamos de "resultado en pantalla". O sea, una imagen a tamaño PC con calidad suficiente para publicar, sin mayores aspiraciones artísticas. Con el inconveniente de su mayor aparatosidad y peso (no hablemos ya de la diferencia abismal en el precio).
Repito que me refiero a fotografía naturalista básica, aquella destinada a la divulgación, por ejemplo. Una fotografía que normalmente requiere de un "recorte" en las fotos, dada la distancia a la que habitualmente se sitúa el bicho. Y debo decir también que sobre este asunto esperaba más diferencia entre los sensores pequeños y los micro 4/3". Porque con ISO´s bajos el grado de recorte que permite una buena bridge es bastante importante; en algunos casos incluso cercano al de un equipo micro 4/3" o SDLR. Con ISO alto la cosa cambia, lógicamente.
Toma original de un insecto
Imagen final publicada en el blog
Recorte con un programa de edición digital
Uno de los mayores problemas que me he encontrado en los sensores bridge (casi todos 1/2,3") es la facilidad con que se queman las altas luces en fotos de alto contraste, como esta havelda.
Imagen original (Nikon P1000)
Si disponemos del archivo original RAW podremos mejorarlo bastante con la edición digital, pero si sólo tenemos el JPEG, como era este caso, resulta difícil suavizar bien esos blancos quemados. En este aspecto (y todo lo relativo a la calidad de imagen) los sensores micro 4/3" o SDLR permiten trabajar mucho mejor porque tienen mayor rango dinámico. No puedo hablar de sensores full frame porque nunca he tenido la suerte de probarlos, pero esa ya es otra liga.
JPEG anterior editado (malamente) con software
A pesar de tener sensores tan pequeños sus focales tan enormes permiten disparar a bichos muy lejanos con resultados sorprendentemente buenos. Digamos que la diferencia de focal, mucho mayor en las compactas, compensa la menor calidad con respecto a cámaras de superior categoría.
Sisón (Tetrax tetrax) Nikon P1000
Zampullín chico (Tachybaptus ruficollis) Nikon P1000
Martín pescador (Alcedo atthis) Nikon P1000
Buscarla pintoja (Locustella naevia) Canon SX60
Avetoro común (Botaurus stellaris). Nikon B700
Después de haber hecho decenas de miles de fotos con un montón de cámaras diferentes he llegado a la sencilla conclusión de que la mejor cámara es tener al bicho cerca y con buena luz. Entonces comprobaremos que, habiendo cierta diferencia de calidad, no hay tanta como refleja la abismal diferencia de precios (y peso!) entre compactas y equipos buenos.
Por otra parte es cierto que las cámaras "grandes" permiten disparar con sensibilidades imposibles para una compacta (hasta 104.000 ISO!!!), pero a cambio éstas son tan ligeras que estabilizan muchísimo mejor cuando disparas a pulso, sobre todo si estás en un lugar incómodo o en una postura forzada. Esto es algo que echo muchíííísimo de menos ahora, podéis creerme.
Correlimos tridáctilo (Calidris alba) Canon SX60
Serretas medianas (Mergus serrator) OM-1 + Zuiko 100-400 mm
¿Quiere ésto decir que me arrepiento de haber vendido mis bridge y haber pasado al sector mirrorless? Pues hay momentos en que sí. Por ejemplo cuando tienes que caminar por terrenos pantanosos con el aparatoso 400 a cuestas; cuando el ave se encuentra a 100 m de distancia; cuando simplemente quieres pasear por un parque urbano; cuando vas a realizar una caminata de varios Km por el monte; cuando debes alternar fotos de detalle y fotos de paisaje, etc.... Las bridge son las cámaras perfectas para el naturalista. Lo dije hace años y sigo pensando exactamente lo mismo.
Mosca (Pollenia sp) OM-1 + Zuiko 100-400 mm
Donde se nota un mayor salto de calidad entre un equipo bueno y una compacta es a la hora de fotografiar aves en vuelo. Una práctica que hace furor en las redes sociales porque supone tomas muy espectaculares pero que para mí es bastante secundaria. Yo valoro mucho más la macrofotografia, por ejemplo, muy importante a la hora de identificar pequeños vertebrados o invertebrados.
Sírfido (Sphaerophoria scripta) OM-1 + Zuiko 100-400 mm
En este sentido sigo fascinado por las posibilidades del Zuiko 100-400 mm, un tele diseñado para fotografía de larga distancia pero que gracias a su distancia mínima de enfoque permite aumentos de imagen cercanos a un objetivo propiamente macro, sobre todo si incluimos anillos de extensión y duplicador. Vamos, un auténtico "dos en uno" por 1400 euros.
Claro que las bridge son un "TODO en uno". Porque ahora valoro mucho más el no tener que cambiar de objetivo cuando quieres pasar de un ave lejana a una toma de paisaje, por ejemplo. Esta prestación es una de las mayores ventajas de las compactas frente a las cámaras grandes.
Misumena vatia devorando mosca OM-1 + Zuiko 100-400 mm
Todo esto son meras reflexiones personales, surgidas quizá por el remordimiento de haber gastado tanto dinero en estos tiempos de crisis. Pequeñas contradicciones que uno tiene, como también me surgen cuando viajo en coche quemando gasolina simplemente "para ver pajaritos" o cuando levanto piedras "para ver bichitos".
Avutarda (Otis tarda) al amanecer. Sony RX10 III
En fin, el filósofo que todos llevamos dentro me ha obligado a escribir esta entrada. Sólo pretendo alabar a las modestas compactas y agradecer los muchísimos buenos ratos que me han regalado durante estos años de existencia de "Bichos e demáis familia".
Al final, he comprendido que no hay cámaras buenas y cámaras malas. Sólo hay que acertar en el uso que se le dé a cada una. Si acertamos, seremos felices. Sed felices, pues.
Tritón palmeado (Lissotriton helveticus) en el agua. Canon SX60
Lagartija de turbera (Zootoca vivipara) Sony RX10 III
Bando de estorninos. Canon 500D + Tamron 100-300 SP
Paisaje nevado. Sony RX10 III