Ya he comentado que luego de darle vueltas durante semanas había decidido no comprar el Zuiko 150-400 f:4,5. Un cacharro que se ajustaría como anillo al dedo para el uso prioritario que yo hago (aves, hérpetos y macro). Pero no puedo permitirme una inversión tan alta en estos momentos.
Manolo Rei, fotógrafo de la vieja escuela, me ha recomendado que mire el Zuiko 300 f:4, otro tele de gama profesional aunque en este caso con focal fija, algo que nunca he manejado. Solo focales con zoom, tanto en bridge como en equipos mayores.
Ya sé que una focal fija da siempre mejor calidad que un zoom, pero creo que en el caso de un divulgador naturalista que hace lo que yo hago, la focal variable puede ser muy necesaria. Este argumento es por ahora el que me está haciendo dudar. Por el resto sé que es otro tele pata negra que dará una calidad superior, que mantiene unas excelentes prestaciones en macro al mantener una distancia mínima de enfoque muy corta, de sólo 1,4 m (10 cm más que el 100-400). Con varias ventajas a mayores:
- Su estabilizador sí se sincroniza con el de la cámara, con lo cual se gana varios pasos. Una cosa que hecho de menos en el Zuiko 100-400 (uno de los pocos fallos que tiene, todo sea dicho). En muchas tomas agradecería algo más de estabilización.
- Se puede acoplar el teleconvertidor MC1,4 x. Entonces pasaría a ser un 420 mm f:5,6 (por 100-400 mm f:6,3 del Zuiko actual). Si es tan pro incluso se podría acoplar el MC2x, para convertirlo en un 600 mm f:8 (recordemos que eso equivaldría a una focal de 1200 mm en formato 35 mm)
- Pesa más o menos lo mismo que mi actual Zuiko. Menos incluso si se quita el anillo para trípode, que es desmontable.
En fin, teníamos la máquina de pensar a tope estos días. Supongo que es una estrategia defensiva de la mente para salir adelante con algo que la entretenga y aporte nuevos ánimos. Claro que tampoco em olvido de recuperar la Nikon P1000, ahora llamada 1100. Porque esa es otra opción. Podemos hablar de calidad o podemos hablar de necesidad. Si consideramos ésto último, la Nikon P1000 ofrecía algo que no ofrece ningún otro equipo del mercado y he tomado con ella fotos a distancias imposibles. Algunas de ellas imágenes realmente buenas, que me resultan inalcanzables con lo que tengo ahora (ni duplicador ni gaitas....) Así que por ahí estaría otra vía de discusión. Sin embargo finalmente no va a haber cambio de equipo.
Ayer tuve que afrontar un gasto enorme porque la familia es lo primero (algunos aún creemos en eso) y las cuentas ya no dan. Habrá que seguir con lo que tenemos, que bien bueno es, caramba.
Y en estas fechas tan especiales no puedo despedirme sin una foto de María, que decidió cambiar de aires la noche del 31/05/2025. Es una foto de 2013, cuando empezábamos a "tontear" (aunque yo ya estaba loco por ella):
Habrá que seguir adelante con lo que tenemos. No queda otra.
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