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xoves, 6 de setembro de 2018

Notas breves sobre comportamiento de las Gaviotas patiamarillas urbanas

   La etología es la ciencia que estudia el comportamiento de los animales y fué mundialmente popularizada por Konrad Lorenz.  Pero no hace falta ser un gran investigador como él ni desplazarse a la sabana africana para descubrir aspectos fascinantes en el comportamiento de muchos animales comunes que viven junto a nosotros. Por ejemplo, de las gaviotas patiamarillas urbanas.


  En estos últimos años la población de Gaviota patiamarilla (Larus michahellis) parece estar trasladándose desde sus colonias marinas a las ciudades litorales. En Ferrol contamos con un gran número de parejas y se ha convertido en un ave tan familiar como las palomas.

 Hábitat urbano de patiamarilla gallega

  Aprovechando que tengo varios nidos enfrente de mi casa y que hay una gran colonia en el astillero donde trabajo he estado observando diversos cambios en su comportamiento, que considero debidos a su adaptación a la presencia humana. No he realizado estudios sistemáticos pero creo que están bien fundamentados con cientos de observaciones en estos últimos 5 años. Paso a comentarlas:

- Alimentación. Después de un período inicial tras la colonización del hábitat urbano nuestras patiamarillas han aprendido que hay comida "más allá" de los contenedores y bolsas de basura. La expansión de las terrazas de hostelería ha enseñado a las gaviotas que los pinchos y tapas sin consumir son un buen alimento. Conozco ejemplares especializados en ello que hasta parece que conocen los horarios.
   Por otra parte el animalismo urbanita ha disparado el número de comederos de gato por toda la ciudad. Y el pienso que se pone en estos comederos no ha pasado inadvertido para las gaviotas, siendo ya un alimento de primer orden tanto para adultos como para pollos, como he documentado.
   Finalmente el pan, con o sin proteína animal, se ha incorporado definitivamente a la dieta de nuestras michahellis. Bien en el astillero, donde merodean a los trabajadores durante el descanso del bocadillo, bien en los parques urbanos, donde gorronean el pan que los mayores dan a las palomas. Quedaría por ver como afectan estos cambios dietéticos a su genética o defensa ante enfermedades.

Pollo ferrolano nacido en Junio de 2018

- Movilidad. Uno de los cambios más sorprendentes que he observado es el abandono del vuelo como método de desplazamiento prioritario en las calles y plazas. Caminar se ha convertido en el modo más "económico" y productivo para la búsqueda de alimento procedente del ser humano.
   Hasta hace tan sólo dos o tres años las Gaviotas patiamarillas guardaban siempre una cierta distancia con el hombre, con paseos terrestres bastante breves y levantando el vuelo a la primera de cambio. Ahora se ha notado un incremento exponencial en el tiempo que las gaviotas pasan en tierra, más acusado en las gaviotas del astillero (de algún ejemplar llegué a pensar que estaba herido por lo cerca que permitía la presencia humana). La consideración sobre el ser humano y el interés que tenemos para ellas ha cambiado radicalmente.
   Hoy en día consumir un bocadillo o una palmera en un lugar frecuentado por gaviotas asegura la presencia de varios ejemplares caminado con curiosidad a menos de cinco metros con total confianza.


- Agresividad. Es conocida la gran hostilidad que muestran las gaviotas cuando un extraño se aproxima a un nido con huevos o a pollos. Esto era así durante mis observaciones de 2014, 2015 ó 2016. Sin embargo durante estas dos últimas temporadas de cría, su agresividad hacia este observador y/o con otros humanos se ha rebajado hasta límites insospechados. Antes pasabas casi corriendo cerca de algún nido, debido a sus constantes vuelos de amenaza y defensa. Con varios casos registrados de ataque físico a personal del astillero que pasaba bajo el nido. Pero durante mis transectos habituales por la colonia de Navantia- Ferrol en 2018 no he recibido este año más que un par de amenazas aisladas. Incluso alguna pareja mostró absoluto desdén hacia mí a pesar de pasar a diez metros de sus pollos. Un cambio de comportamiento absolutamente sorprendente - percibido ya en 2017 - que muestra su rápida adaptación al hábitat antrópico y su consideración hacia nosotros.

Pollo suplicando alimento

- Aprendizaje. Este año fui testigo de un hecho sorprendente que me ha hecho reflexionar sobre un posible componente hereditario en sus hábitos.
  Durante 2017 había alimentado en diversas ocasiones a una de las familias con pollos residentes frente a mi edificio con restos de comida (por no tirarlos y por ver como se comportaban). Cuando el pollo que sobrevivió aprendió a volar acompañaba a los padres hasta mi ventana. Al reconocerme como fuente de alimento empezó a realizar el típico display de pedir comida, moviendo la cabeza verticalmente y gimiendo su lastimoso reclamo hacia mí. Pero en 2018 decidí abandonar esa práctica por diversos motivos. La pareja volvió a criar y nació un único pollo. Los adultos mantenían la memoria de mis aportes y seguían acudiendo al verme en la ventana, aunque no se les suministraba alimento. La sorpresa fue que una mañana el pollo miró hacia mí desde su tejado e inesperadamente, inició el display de súplica de comida mirando claramente hacia mí, a pesar de que jamás había visto tal cosa. ¿Habían heredado algún tipo de conocimiento de sus progenitores? ¿es posible que hubiesen visto a otro humano dando comida en la calle y que a mí me hubiese identificado con el? Sin duda aquel hecho imprevisto despertó múltiples preguntas a las que espero hayar respuesta algún día.

14 comentarios:

  1. La respuesta a si «Habían heredado algún tipo de conocimiento de sus progenitores?» tiene que ser un no rotundo. Una cosa es la epigenética y otra la herencia de estos comportamientos adquiridos

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    1. Como lle dicía a Paco o outro día, moitísimas grazas por comentar, Toño. Así podo desarrollar máis o post. Con respeito á pregunta en si, pois era máis ben unha reflexión imposible ou unha pregunta retórica, logo do meu asombro polo que presenciei na miña ventá. Entendo que é científicamente imposíbel que se dea esa "herdanza de coñecimento" (quizá debera usar outro termo). Pero ogallá estiveras alí.

      O polo (un só este ano) estaba nesa fase na que xa voan pero non se afastan case do tellado do niño, facendo vóos curtos arriba e abaixo pero sen baixar á rúa. Sen dúbida que puido observar en diferentes ocasións como os pais se achegaban ata a miña ventá ao me ver. Pero xa comentei que este ano preferín non darlles comida (entre outras cousas porque son vogal nunha comunidade de 140 vivendas). Así que os pais viñan estaban un rato diante da miña ventá e cando pechaba a persiana ou marchaba, voltaban ao tellado do niño.
      Un día asomeieme e o polo mirou cara mi. Sei que diferencian cando un humano dirixe a mirada cara eles (volvíanse moito máis agresivos no asteleiro se mirabas fixamente a un adulto incubando ou con pitos). E xusto cando mirei ao polo comezou a suplicar comida como fan sempre aos adultos pero mirando na miña dirección!!Foi sen lugar a dúbidas unha das experiencias máis fascinantes e inesperadas na miña vida como naturalista.

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  2. Boas,

    penso que hai especies moi flexibles no comportamento, que aprenden rápido, e outras non tanto. Os córvidos son un exemplo, as patiamarelas outro. E gran parte da aprendizaxe prodúcese por simple imitación que supoño que sería o que fixo ese polo (e o que facemos nós). Claro que de primeiras ten que haber un exemplar intrépido, que descubra a nova fonte de recursos. A partir de ahí os demáis exemplares desa poboación poden aprender. Na cidade de Málaga as patiamarelas aprenderon a depredar sobre os cirrios, eses fogetes que nos meus inicios pensei que quedaban reservados como presa a depredadores moi rápidos coma o falcón pequeno. A mín chámame isto moito a atención porque penso que en Galicia as patiamarelas non cazan cirrios, non? Correxídeme se me equivoco...

    Alexandre Justo

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    1. Cirrios???? Qué me dis!!! Polos no niño, supoño, porque pillar a un adulto en vóo manda truco.

      No caso das "miñas" gaivotas difícilmente puio ver un humano alimentado aos pais, dado que o polo estaba nesa fase en que revolotean no mesmo tellado do niño ou suben ao anexo, pero sen seguir aos pais pola cidade. E na rúa onde aniñan ninguén aporta comida, porque as terrazas fican bastante lonxe. Lóxicamente non estou facendo guarda 24 h. ao día pero estou seguro ao 90% de que este polo non saira aínda do tellado e, por tanto, non puido ver xamáis a ninguén alimentar a seus pais (xa comentei que eu este ano decidín non darlles tampouco).

      Eu flipei moito, Alexandre, en serio. Foi case como se un polo saise do ovo e ao verte comezara reclamar como se foses o seu pai. Tal cual.

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    2. En voo, Xabi. Cazan os cirrios en voo habitualmente. Supoño que quizá aproveitan días de mal tempo cando andan débiles pero cazanos en voo. Algún exemplar aprendeu e os demáis supoño que por imitación tamén.

      Apertas,

      Alexandre

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    3. En vóo? Isto xa me supera... Alucinante. Esperemos que non lles dea por consumir Apus pallidus, dos que, como ben sabes, temos unha importante colonia dentro do asteleiro de Navantia-Ferrol (daquela si que collo a escopeta).

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  3. Saudos Xabi
    ainda nos queda moitísimo por saber e no eido da etoloxía ainda mais, coma ti eu tamén son un gran observador do comportamento animal e humano. Mais que sorprenderme a sensación que experimento cando vexo algo curioso(para min) é de satisfación por ver que o noso comportamento non é exclusivo para a nosa especie. Agora xa non tanto pero non hai moito o mundo da ciencia defendía exclusividades para a especie humana. Dende moi cativo sempre tiven moi claro que outras especies sinten coma nós. Teño varios libros de etoloxía dos que recomendo a lectura de "La vida amorosa de los animales" para min o millor libro que leín na miña vida. Coas gaivotas tamén tiven unha experiencia que fixo que mudara a consideración que tiña hacia elas. O primeiro barco de pesca que merquei tiña asociado a unha gaivota(coñecía o barco e seguramente o antigo dono xa lle daba de comer na man). Saía de Portonovo e pousaba na proa, viña conmigo tódolos días, cheguei a darlle de comer na man dende o primero intento, era unha femia que a recoñecía no medio de outras gaivotas e mesmo cheguei a coñecer á súa parella. Sabía cando tiña polos pois aparecía coas patas manchadas, despois de desaparecer unha tempada(incubación). Doume moita pena cando mudei de barco, votei varios anos alzando a man con peixe para ver si aparecía a gaivota pero nada.....
    Por certo a ciencia non é esacta nestes temas eu ó contrario que outros non me atrevo a afirmar rotundamente certas cousas e menos cando se trata de comportamento.
    apertas

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    1. Pois eu na man non pero desarrollei con elas unha certa "linguaxe". Erguía o brazo e berraba "ke-ke-ke" e viñan disparadas cara miña ventá (ocorréuseme logo de ver a un currito do asteleiro que facía algo parecido).
      No caso deste polo que espontáneamente me pideu comida, o máis lóxico que se me ocorre é que estea relacionado coa observación que facía dos adultos cando viñan ate a miña ventá este ano. Non lles daba nada pero quizá o polo observou e aprendeu e a linguaxe xestual-corporal dos adultos diante miña e pasou a considerarme como algo interesante.

      Apertas e grazas pola visita Emilio. A ver se este inverno che fago unha visita polo Grove, que teño ganas de volver a contar números con varios ceros.

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  4. Tamén hai gaivotas en cidades de interior, non só nas litorais.
    E si que sería interesante poder facer un estudo comparativo de poboacións urbanas fronte a poboacions non urbanas, e poder facer análises de sangue, para ver como lles afecta á saúde o cambio de alimentación. Tamén habería que comparar o éxito reprodutivo de ambas poboacións, para ver cantos polos teñen e saen adiante.
    De todolos xeitos, hai tempo que non consulto a bibliografía, así que seguro que algún estudo de ese tipo ten que haber. Polo menos na UVigo Alberto Velando e mais Cristóbal traballaban con poboacións das illas, e non me extrañaría que fixeran algo ao respecto.
    Apertas.

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    1. Seino, si (se non estou errado vira un niño nas areeiras da Limia hai quince ou vinte anos). Con respeito á incidencia que estes cambios podan ter pois non sei se está relacionado ou non, pero sempre observaba nidadas de 2-3 polos. O ano pasado a parella da miña ventana tivo só dous e este ano ún. En Bazán igual. Sempre había 2-3 polos e este ano vin por primeira vez varios niños con un só polo. Casualidade? Non o creo....

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    2. Na Limia non crían regularmente. Onde o fan é na cidade de Ourense, non son moitas parellas pero eu atopei niños varios anos.

      Apertas,

      Alexandre

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  5. El presente "Bichos e demais familia" supera con creces la habitual alta calidad de sus demás ediciones. Es que en este caso no se limita al carácter descriptivo habitual sino que añade un contenido didáctico a mi juicio podo tocado hasta hoy y que arroja luz incipiente sobre el fenómeno de la adaptación de las especies salvajes al artificio urbano. En suma, un capítulo en el que el autor, Xabi, con los demás comentaristas, cumplen cumplidamente con la obra de misericordia de "enseñar a los que no sabemos". Y eso es muy de agradecer Un fuerte abrazo, José Curt.

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    1. Coma sempre agradézoche moito as túas palabras, Josele, aínda que discrepo en que poda ensinarte algo a ti. Concordo no interese desta entrada, especialmente pola tendencia moderna dos novos (e non tan novos) ornitólogos a viaxar ao quinto pino para desfrutar da ornitoloxía. Aquí mesmo, a carón da casa, temos un universo aínda por descubrir.
      Un abrazo.

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