El otro día mientras daba un paseo por mi barrio de Ferrol decidí tomar unas fotos para mostraros la letrina en que los perros están convirtiendo mi ciudad:
No hay farola, señal, esquina de garaje o portal, protección de andamio o papelera que no esté completamente rociada de meos caninos. A menudo tengo que oír estupideces como "- Pues que hagan más parques y zonas verdes para los perros!". Me pregunto dónde, cómo y con qué dinero quieren hacer esos parques. Supongo que se refieren al suyo exclusivamente ya que es su problema donde meen y caguen sus perrijos.
El perro se puede tener si se dispone de espacio habilitado para el, por ejemplo, en tu finca del campo. Pero si vas a rociar de meos y caca la acera todos los días pues no lo tengas.
Las ordenanzas municipales dicen textualmente: " 2. As persoas propietarias e posuidoras de animais domésticos teñen que evitar en todo momento que éstes causen danos OU ENSUCIEN os espazos públicos" (Artigo 12 do Título IV). Un artículo que incumplen a diario la totalidad de los propietarios caninos de Ferrol, como podremos comprobar si nos paramos cinco minutos en cualquier calle de la ciudad.
Inés González me ha pasado el enlace a una campaña de concienciación en el municipio catalán de Barberà del Vallès. Lo que dicta el sentido común hay que imponérselo con multas a la mayoría de propietarios y propietarias caninas.
Viene esto a cuento porque a menudo se escucha que el problema no son los perros; se repite que son unos pocos los infractores pero que la mayoría de los propietarios son respetuosos y demás tópicos. pero no es cierto. Hoy el perro en sí es un grave problema en nuestras ciudades, en toda la sociedad occidental. Y en vez de generar políticas orientadas hacia una reducción paulatina del número de perros se hace todo lo contrario. El bombardeo para que compremos o adoptemos un perro es permanente, constante, sistemático.
El negocio que hay detrás es muy jugoso, como hemos hablado antes, e importan poco las consecuencias en la higiene y en la convivencia urbana o las molestias al medio natural. Algunos negocios y propietarios alcanzan niveles de estulticia inconcebibles.
A pesar de todo el mascoterismo ya ha ganado. Los perros son lo amos. Y enfrentarse a esta dictadura origina no pocos problemas. Un colega que tiene una página de fotografía en Facebook (Visiones de Ferrolterra y Ortegal) perdió cientos de seguidores por denunciar la presencia de perros sueltos en los espacios naturales. Porque dominan las redes sociales también.
Hay algunas propietarias y propietarios con los que se puede razonar, aunque casi se cuentan con los dedos. No he publicado esta entrada para que se sientan mal sino para que sean conscientes de lo que hacen, a veces de manera inconsciente, en su vida cotidiana. En ciudad incluso el propietario más respetuoso comete infracciones a diario sin darse cuenta. Lo importante es la actitud que tengan, de intentar minimizar las molestias a los demás y saber pedir perdón educadamente cuando el perro molesta a un desconocido, una asignatura pendiente de muchos mascoteros.
Otro día analizaremos más artículos de estas Ordenanzas de Ferrol y que también se incumplen de manera sistemática.
No hay farola, señal, esquina de garaje o portal, protección de andamio o papelera que no esté completamente rociada de meos caninos. A menudo tengo que oír estupideces como "- Pues que hagan más parques y zonas verdes para los perros!". Me pregunto dónde, cómo y con qué dinero quieren hacer esos parques. Supongo que se refieren al suyo exclusivamente ya que es su problema donde meen y caguen sus perrijos.
El perro se puede tener si se dispone de espacio habilitado para el, por ejemplo, en tu finca del campo. Pero si vas a rociar de meos y caca la acera todos los días pues no lo tengas.
Las ordenanzas municipales dicen textualmente: " 2. As persoas propietarias e posuidoras de animais domésticos teñen que evitar en todo momento que éstes causen danos OU ENSUCIEN os espazos públicos" (Artigo 12 do Título IV). Un artículo que incumplen a diario la totalidad de los propietarios caninos de Ferrol, como podremos comprobar si nos paramos cinco minutos en cualquier calle de la ciudad.
Inés González me ha pasado el enlace a una campaña de concienciación en el municipio catalán de Barberà del Vallès. Lo que dicta el sentido común hay que imponérselo con multas a la mayoría de propietarios y propietarias caninas.
Cartel de sensibilización en Cataluña
Viene esto a cuento porque a menudo se escucha que el problema no son los perros; se repite que son unos pocos los infractores pero que la mayoría de los propietarios son respetuosos y demás tópicos. pero no es cierto. Hoy el perro en sí es un grave problema en nuestras ciudades, en toda la sociedad occidental. Y en vez de generar políticas orientadas hacia una reducción paulatina del número de perros se hace todo lo contrario. El bombardeo para que compremos o adoptemos un perro es permanente, constante, sistemático.
El negocio que hay detrás es muy jugoso, como hemos hablado antes, e importan poco las consecuencias en la higiene y en la convivencia urbana o las molestias al medio natural. Algunos negocios y propietarios alcanzan niveles de estulticia inconcebibles.
A pesar de todo el mascoterismo ya ha ganado. Los perros son lo amos. Y enfrentarse a esta dictadura origina no pocos problemas. Un colega que tiene una página de fotografía en Facebook (Visiones de Ferrolterra y Ortegal) perdió cientos de seguidores por denunciar la presencia de perros sueltos en los espacios naturales. Porque dominan las redes sociales también.
Hay algunas propietarias y propietarios con los que se puede razonar, aunque casi se cuentan con los dedos. No he publicado esta entrada para que se sientan mal sino para que sean conscientes de lo que hacen, a veces de manera inconsciente, en su vida cotidiana. En ciudad incluso el propietario más respetuoso comete infracciones a diario sin darse cuenta. Lo importante es la actitud que tengan, de intentar minimizar las molestias a los demás y saber pedir perdón educadamente cuando el perro molesta a un desconocido, una asignatura pendiente de muchos mascoteros.
Otro día analizaremos más artículos de estas Ordenanzas de Ferrol y que también se incumplen de manera sistemática.
Sabes que tengo perros,no juguetes,por que yo no los humanizo son perros no personas como todos creen tener.UN Gran post.un saludo.Jose Ramon Castro Gomez.P.D Perdon por mi escritura.
ResponderEliminarGrazas, José Ramón. Pinta negro o futuro inmediato.
EliminarPor donde vivo agora hai moitos carteis que din asi: "El gos és teu, a seva caca tambè". Xa que teña que haber un cartel así é triste. Pero máis triste é que hai unha cantidade de merda nas rúas que non é normal. Imaxínate o meu panorama, paseando cun carro de neno pequeno, mentres aviso ao maior que vexa ben por onde pasa. "Mamá, que porca é a xente", di o meu fillo maior. O meu can debe ser raro, porque non mexa nas rúas, faino no campo. Eu, que teño can, estou (falando moi pero que moi mal) ata a cona de según que donos.E,por desgracia, coincido en que isto non pinta nada ben.
ResponderEliminarApertas,
Inés
Deixovos o enlace da campaña en cuestión. Esta en catalán, pero creo que se entende ben.
Eliminarhttp://www.bdv.cat/jo-si-soc-responsable
Moi interesante o enlace, Inés. Aproveitei para actualizar o post coa imaxen do cartaz.
EliminarApertas.
PD: Iso non é falar mal, muller. Se escoitas como falamos nun asteleiro alucinas.
Compartín a ligazón de bichosedemaisfamilia nunha entrada (fixada á cabeceira) de Felipe Ogando (un magnífico fotógrafo). Coma sempre, só os incívicos fuxirán ou farei que fuxan, :-D
ResponderEliminarhttps://www.facebook.com/visionesdeferrolterraeumeyortegal/?ref=settings
Xabier, o incríble non é perder (tamén botei a moita xente que xustifica todo iso) unha morea de siareiros, algo que tiña asumido dende o comezo (coñecedor do chan que pisaba) , senón ver xente que semellaba respectuosa e son uns fodidos incívicos.
ResponderEliminarChámanme dictador (ata misóxino por dicir que moitas mulleres son enormemente agresivas nese tema, en xeral máis cós homes) e teñen moita razón, dictador e intolerante co incivismo, sempre.
Apertas.
"Engaiolante", alguén xustifica que poidan mexar nas rodas dos coches (enténdese que no seu non), na beira dun portal ou na porta dun garaxe. Producelle extrañeza que a xente proteste por iso. Bloqueo e esquecemento. Dictador e intolerante coa tropa incívica, sempre.
ResponderEliminarDe novo grazas por compartir, Roberto. Nesta ocasión enfoquei o tema desde outra perspectiva. Certamente a dimensión do problema canino fai que afecte a moitos aspectos da sociedade: medioambiente, convivencia, perigo para as persoas, hixiene, etc.
ResponderEliminarAgradecido Xabi por fazer estes posts tam clarinhos e necessários. Parabéns. Abraço, Damián
ResponderEliminarGraças. Aproveitarei tamém o que me passóu hoje na tenda ecolóxica para facer outro post. Nom se me passa....
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