El pronóstico anunciaba cielos poco nubosos para esta mañana en Ortigueira pero al llegar me encontraba con ésto:
La marea estaba ya bastante alta y las aves se concentraban en el intermareal del norte.
Tenía pensado hacer un censo completo pero tuve un pequeño "accidente". En vez de calzar las botas de goma que llevo siempre en el maletero tuve la feliz idea de acceder a la orilla de la ría con los zapatos de calle. Vi un grupo de limícolas, quise acercarme olvidando qué llevaba en los pies y ocurrió lo inevitable. Un zapato se me quedó "clavado" y al dar el paso saqué el pie del zapato para acabar pisando el fango. En ese momento terminó el censo y hubo que volver para casa, obviamente.
Hasta entonces había contado algunas cosillas que pongo a continuación:
- 9 Silbones europeos (Mareca penelope). Sólo miré San Claudio e a ría central. Podía haber bastantes más en Mera o Feás
- 38 Ánades rabudos (Anas acuta)
- 150 Ostreros euroasiáticos (Haematopus ostralegus)
- 8+ Chorlitejos grandes (Charadrius hiaticula) en San Claudio, el lugar del crimen
- 70+ Correlimos comunes (Calidris alpina). 50+ en San Claudio y 17 en Ortigueira
- 21 Correlimos gordos (Calidris canutus)
- 60 Espátulas comunes (Platalea leucorodia)
Parece una muy buena cifra de rabudos para estas fechas tan tempranas. De los silbones no opino sin haber visitado Mera y Feás, donde podría haber decenas o incluso cientos de ellos, como pasó en octubre de 2016.
Bueno, así terminamos ese mini-post que, al menos, me ha animado un poco, porque no ha sido una semana nada fácil para mí. Anteayer sería el cumpleaños de María y lógicamente se ha hecho muy duro. Ha vuelto el nudo en el estómago, el bloqueo mental, la desgana por todo o los problemas para dormir. Y dentro de dos meses las Navidades... Será otro momento complicado, sin duda.
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