Seguidores e seguidoras

lunes, 23 de abril de 2012

Serra da Lastra. Primera entrada.

 Tenía muchas ganas de montar una entrada en este blog sobre la Serra da Lastra, situada en la frontera entre Ourense y El Bierzo, en León. Aunque el tiempo resultó muy malo, con cielos cubiertos, frío (7 ºC pr la mañana), viento e incluso alguna llovizna. Algo nefasto para la observación de las especies mediterráneas que habitan aquellas tierras.

 Por lo menos disfruté de unas bonitas vistas. Mirando en dirección Sur, la Serra do Eixo, con los altos de Trevinca a la izquierda de la imagen. Las cumbres aparecían nevadas a partir de unos 1500-1600 m, aproximadamente. Algo muy de agradecer a estas alturas del año, teniendo en cuenta la fuerte sequía que venimos padeciendo.


 En el centro, el Maluro, que con sus 1934 m. es considerado por algunos como la montaña genuinamente gallega más alta, por aquello de que no hace frontera con otras provincias (como pasa con las Trevincas o Ancares). Es una pena que sus laderas estén arrasadas por el fuego y actualmente sean un manto de matorral bajo muy degradado.


  Mi destino en este viaje, era principalmente el monte de "A Ruferta", una zona muy seca también, enclavada en el medio del Parque Natural da Enciña da Lastra. No es un sitio, digamos.. bonito, bonito (aquí el fuego también ha hecho de las suyas durante años), pero varios paseriformes escasísimos en el resto de Galiza, encuentran en sus laderas el hábitat para la reproducción.


 En Mayo de 2005 pude observar aquí indicios de cría de la Curruca tomillera (Sylvia conspicillata), con varios machos cantores e incluso algún ejemplar aportando material de construcción del nido. Hasta donde yo sé, no había en aquel entonces nada publicado sobre la especie en Galiza y aquella fué, quizá, la primera observación registrada.

 Además también fueron observados varios territorios del rarísimo Escribano hortelano (Emberiza hortulana). Por desgracia, en años posteriores fuí dejando de ver ambas aves, en todas las excursiones que realicé. En alguna ocasión me pareció escuchar reclamos o cantos tanto de la Curruca como del Escribano, pero no llegué a confirmarlo. Quiero pensar que esta aparente disminución no tiene nada que ver con la creación de un sendero peatonal por el medio de la ladera, ni tampoco con la presencia de ornitólogos poco cuidadosos que buscasen la observación de la Tomillera, una vez publicitadas las citas.

  Apenas sé nada sobre su biologia, pero intuyo que hoy no era tampoco el día más propico para la detección de estas aves, por el día tan malo que hacía. Y supongo que tampoco por las fechas en las que nos encontramos, teniendo en cuante esta Primavera tan inusual que estamos teniendo.. A ver si tengo más suerte el mes que viene. Porque hoy, durante las tres horas de la prospección, nada de nada.

La práctica tradicional del fuego apenas ha dejado alguna chopera en el fondo de los valles, y algunos pequeños Alcornoques (Quercus suber) aislados en el medio del piornal/brezal.


 Bichería, lo que se dice bichería,... no ví mucha. Al menos algunas flores daban un toque vistoso (y oloroso!) al recorrido. Como estas Lavandas (Lavandula stoechas). Una planta (de la familia de las Labiadas) extraordinariamente aromática, como es bien conocido por la industria de los perfumes y jabones.


 Las Jaras (Cistus ladanifer), el matorral mediterráneo por antonomasia, comienzan a florecer también estos días de Primavera en los valles mediterráneos de Galiza.


 El Jaguarzo está igualmente presente en estos resecos montes ourensanos. No me queda claro si éste es un Halimium lasianthum o el más raro Halimium ocymoides (yo no aprecio la base de los pétalos negra).


 La jornada prometía triste y parca en observaciones. Pero incluso en estas condiciones, Ourense es una provincia generosa, que siempre da alegrías a los que somos del norte. Levanté una piedra y ... "voilá!!"


 Una Lagartija cenicienta (Psammodromus hispanicus), entumecida por el frío, me permitió sacar unas fotos que probablemente nunca podré volver a tomar. Porque estamos hablando de uno de los lacértidos más ágiles y tímidos que he conocido. Pero este individuo, debido a su baja temperatura corporal, apenas se movía más rápido que un torpe Lución (Anguis fragilis).

 Me comentaba Martiño Cabana, herpetólogo experto, que le parecía probable el uso de los caminos por parte de esta lagartija para expandirse a otras áreas dentro de su hábitat. Yo tambié opino lo mismo (aunque pensara lo contrario jamás me atrevería a contradecir a Martiño, je, je). Por cierto, no sé si son imaginaciones mías o todos los ejemplares observados en esta zona de A Lastra (A Ruferta) aparentan de una talla muy grande, más de lo normal. No llevaba el metro encima, pero este ejemplar me pareció de una longitud cabeza-tronco bastante superior a esos 50 mm que se supone para la especie (en la mano, tenía un "tacto" de Bocagei, prácticamente).


  Qué pena que no me encontrara con este ejemplar durante la edición del Atlas, Moisés! (lo digo por el montón de fotos que le saqué).  Una vez tomadas las fotografías pertinentes, devolví rápidamente la lagartija a su refugio, para que no le cogiera una hipotermia (es broma, los reptiles ya tienen "hipotermia").



  Hacía años que no me encontraba las huellas de nuestro mustélido más nocturno: el Tejón (Meles meles). Su forma, con las almohadillas de los cinco dedos marcadas, y las uñas separadas a cierta distancia, es inconfundible.


 Los prados de los valles más húmedos, regados con profusión durante este lluvioso mes de Abril, ofrecían un aspecto casi de photoshop (os juro que a esta foto no le saturé el color)


 Decía antes que no fuí capaz de detectar la Curruca tomillera. Pero esta Curruca carrasqueña (Sylvia cantillans) de la foto me trajo de cabeza cuando llegué a casa y ví la foto en el ordenador.


   En mis guías este diseño de la garganta es adjudicado únicamente a la Tomillera. Tuve que recurrir al comodín y hacer una llamada para salir de dudas (graciñas, Damián!)

 La parte occidental de la sierra ofrece un aspecto más cantábrico, con sus cortados calizos, algo absolutamente inusual en nuestro país, dominado por perfiles más suaves y graníticos. Perdón por el coche (no lo iba a tirar por el barranco, carallo..)


 Por la tarde me acerqué a Vilardesilva, el sitio más bonito, para mí, de todo el parque. Al fondo, mirando hacia el norte, aparecían Os Ancares, también nevados.


  Antes de irme, porque el día no estaba para mucho más, tuve una de las pocas observaciones que animaron un poco el cotarro. Un Águila calzada (Hieraaetus pennatus) fase oscura. Debe ser parte de una pareja mixta (fase clara con fase oscura) que creo que debe anidar cerca del pueblo todos los años.


  Al principio la di por un Milano negro, que había visto minutos antes en la misma posición, pero en cuanto mostró el manto de la parte superior y vi la cola no hubo dudas.


 Bueno, espero tener más suerte en la próxima visita por allí y hacer una entrada como se merece aquella zona, con fotos de Abejarucos, Alcaudones y demás, pero por ahora, parece que las aves estivales están aún en Gibraltar, esperando a que cambie el tiempo.

 Hasta la próxima.

3 comentarios:

  1. Boas Xabi, a verdade e que tiña mais pinta de algirus que de hispanica na primeira foto. Mais que mais grande parece mais rabuda non?.

    Cesar

    ResponderEliminar
  2. Non só a cola, César. Era grande de verdade. E xa vin outras así naquel camiño. Falo de memoria, pero penso que as que teño atopado nas cotas baixas de Valdeorras (O Barco, Pumares,..) eran dun tamaño notablemente menor, máis coincidentes coas medidas que nas guías se dan para esta especie tan pequerrecha.

    Unha pena que non levara o metro encima.

    ResponderEliminar

Para comentar es necesario identificarse con nombre y apellidos