Ya he realizado las primeras pruebas de campo con el nuevo teleobjetivo Zuiko Olympus 100-400 mm, que equivalen a un 200-800 mm efectivos. Uno de los motivos que me llevó a decidirme por este objetivo y no por el Leica 100-400 es que va mejor en fotografía de aproximación, quizá porque permite una distancia de enfoque ligeramente menor, aunque ambas marcan anuncian la misma: 1,3 m hasta el sensor.
Para estrenarlo nada mejor que un Calopteryx haemorrhoidalis. Por tener una referencia pongo primero una foto que había hecho con la Sony RX10 III, cámara bridge con sensor de 1" que se defiende muy bien en este terreno. La imagen, sin recorte, está tomada con unos parámetros ideales de máxima calidad.
Como se puede apreciar el equipo mirrorless aumenta bastante más el tamaño del sujeto gracias a su mayor distancia focal, aunque su distancia mínima de enfoque sea ligeramente mayor que la bridge. Las fotos subidas al blog están a 600x800 píxeles así que no podréis ampliarlas pero el mejor nivel de detalle y el color más natural es evidente en la imagen de la G7, como corresponde a un equipo de gama superior.
Ahora recortamos las imágenes a un 20% de su tamaño original para ampliarlas en pantalla, maniobra que debo hacer en muchas ocasiones a la hora de publicar fotos de bichos. Primero va la de la Sony RX10 III y después la tomada con la G7 y el Zuiko.
Vaya por delante que la Sony RX10 es un camarón. Como véis la pérdida de calidad con ese recorte es mínima (mejorando la edición se podrían eliminar algunos halos y artefactos que aparecen, creo). A pesar del recorte tan grande la imagen sigue estando preciosa para publicar.
La G7 con su sensor micro 4/3" juega otra liga (en parte esta "comparativa" es un poco injusta). Y por tanto su posibilidad de recorte se aproxima a la de una reflex DSLR. Metiendo al tijera al 20% la imagen queda prácticamente igual o incluso mejor a la hora de publicar, pues se ve el buen nivel de detalle y textura, todo con un aspecto más natural y menos digital. Por otra parte algunos pelos de las patas están enfocados y otros no, mientras que en la toma de la Sony salen todos en foco. Lógicamente el sensor mayor tiene más bokeh.
Seguimos con fotos tomadas con la Pana G7 y el Zuiko 100-400 (200-800 mm equiv). Por desgracia el tiempo durante las pruebas fue bastante desapacible, con cielos cubiertos, luz muy pobre y aún encima viento. Aún así podemos calificar el resultado de fantástico.
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