NOTA: Post publicado originalmente en diciembre de 2020, revisado y ligeramente corregido
Si preguntase cual es la herramienta imprescindible para salir al campo la mayoría de los lectores respondería que los prismáticos. Obviamente se debe a que son básicamente "pajareros". Sin embargo para los que somos naturalistas "todo terreno" no existe nada más imprescindible que el cuaderno de campo. O existía... en el siglo pasado.
Sin prismáticos no puedes disfrutar de las aves pero sí de los anfibios, de los insectos o de las plantas. De hecho yo escribí mi primer cuaderno de campo en 1985 antes de adquirir mis primeros prismáticos (unos "Superzenith", a 5000 pesetas de entonces y bastante malos). Ahora, con las nuevas tecnologías y aplicaciones, el cuaderno de papel puede parecer obsoleto pero entonces era lo que teníamos para registrar nuestras observaciones.
Observaciones por mi tierra natal en 1986 (tenía 15 años)
Para los naturalistas de mi generación Félix Rodríguez de la Fuente era el referente principal. Y como él muchos nos decidimos a registrar nuestras observaciones en el papel. En mi caso acompañando el texto con dibujos. Aunque no siempre era fácil escribir o dibujar con los dedos entumecidos por el frío de la mañana mientras apoyabas la libreta en la rodilla. Porque en el campo no hay mesas, y eso supone un inconveniente a la hora de escribir!
Dibujos tanto de aves como de otros bichos o de sus señales. En aquella época echábamos una mano al atlas de mamíferos de la SGHN analizando egagrópilas en el laboratorio del local en Ferrol.
Registro de egagrópila de Cárabo y excremento de Zorro
Huellas en el fango. Interior de la marisma de A Frouxeira (1987)
Larva de Tritón jaspeado (Triturus marmoratus) dibujada de un ejemplar capturado (1988)
En ocasiones no importaba tanto el dibujo del ave como su comportamiento. Como el día que observé la colaboración en la caza entre el esmerejón (Falco columbarius) y el aguilucho pálido (Circus cyaneus), algo que había leído precisamente en un cuaderno de campo de Félix.
Anotación de esmerejón y aguilucho pálido cazando juntos (año 1988)
Observación de halcón peregrino
O aquella inolvidable mañana en que pude ver uno de nuestros últimos zarapitos nidificantes haciendo su vuelo nupcial en Cospeito mientras lloraba al ver cómo destruían su hábitat.(1)
Registrando vuelo nupcial de zarapito (Numenius arquata) en Cospeito
Mucha gente tiene vergüenza a hablar en público, a hablar en inglés o..... a dibujar bichos. Yo nunca tuve este problema, siendo consciente obviamente de que no era Lars Jonsson ni pretendía serlo. Dibujando se aprende sobre la morfología de las diferentes especies y además hace el cuaderno mucho más ameno (también resulta más fácil localizar las "novedades" y cosas destacadas). Aunque los dibujos sean cutres y la letra no sea de imprenta.
Descubrimiento del avetorillo (Ixobrytchus minutus) en Valdoviño (1992)
A veces hacía los dibujos en el campo, rápidamente y como podía. En otras ocasiones esperaba a llegar a casa para orientarme con las ilustraciones de la guía, sobre todo con especies nuevas.
Salida a Cospeito (1992)
Salida en una fragata construida en el astillero de Navantia (2004)
Por tierras ourensanas (1997)
Evidentemente el contenido de mis cuadernos es una masa de información un poco caótica y no sistemática. Pero ahora que estoy volcando los datos en ebird (poco a poco) me estoy dando cuenta de la cantidad de información que tengo almacenada en esos cuadernos.
Estudiando la población de escribano palustre (Emberiza schoeniclus lusitanicus) en Valdoviño
En ellos tengo hasta pequeños mapas de mis local patch, que diseñaba mientras estudiaba la población de zampullines, fochas o escribanos palustres.
Mapita esquemático de Forcadas con los territorios de focha y zampullín
Eso sí, cuando tocaba currar para un Atlas de distribución o un censo de acuáticas no había tiempo para dibujitos ni gaitas. Todo son cifras, letras y coordenadas.
Muestreos herpetológicos para el atlas de la SGHN (2006)
Otras veces las observaciones eran más sosegadas y te podías recrear un poco mirando a través del telescopio, por ejemplo.
Diferencias entre Zampullín cuellirrojo y cuellinegro (1998)
Una observación poco común: colimbo en plumaje nupcial (1999)
En 2014 llevé un disgusto cuando me enteré que ya no se vendían las libretas que llevaba usando casi treinta años y tuve que comprar otro tipo, más grande. Su formato es ideal para los censos.
Cuaderno usado actualmente, más grande (censos de acuáticas, 2016)
Con dibujos o sin dibujos, con buena letra o con mala letra, el cuaderno de campo era la herramienta imprescindible para el naturalista aficionado en el siglo XX. Hoy el mundo ha cambiado mucho y los jóvenes disponen de unas herramientas impensables en nuestra época. Por cierto que tengo pendiente subir datos de "no aves" a observado (aunque muchos de esos datos ya los he subido a Biodiversidade o los atlas de la SGHN). Cuando tenga tiempo me pondré con ello.
Todos mis cuadernos de campo
Y todos estos cuadernos, escritos ininterrumpidamente desde 1985 inclusive son mi pequeño tesoro, que comparto con vosotros en este lluvioso día de Octubre.
(1) Creo que no llegó a nidificar nunca en ese lugar de A Espiñeira. Sí lo hacía en otros puntos próximos de la Terra Chá.
Esa información que tienes es de mucho valor ,que espero no se pierda y quede para la posteridad .Me voy a animar a volver a los 80. Y ahora me interesa poner todo en papel por tu post.
ResponderEliminarHome, agora tendo ebird, Inaturalist ou Observado xa non é tan necesario como antes pero eu prefiro telo todo anotado en papel e non depender dun aparello electrónico. Se se vai a corrente eléctrica ou hai unha caída de Internete eu pode seguir consultando os datos do cuaderno de campo aínda que sexa coa luz dunha vela. Aos millenials e da xeneración Z se lles quitan a conexión... morren de vez.
EliminarXabier Prieto Espiñeira (non sei que problema hai que blogger non me recoñece como administrador)