Hace justo un año que pasaba todo el día en el hospital con María. En ese momento no lo sabía pero sería la última vez que la vería. Por la tarde venía otra persona para hacer la noche y que yo descansara pues llevaba dos noches casi sin dormir. De madrugada recibiría la peor noticia que puede recibir una persona (después de la muerte de un hijo, obviamente).
El dolor es algo muy relativo y muy personal. Suspendes matemáticas y se te viene el mundo abajo. Rompes con tu pareja o pierdes el trabajo y te parece el fin del mundo. Luego se muere la persona de la que estás enamorado y te das cuenta de lo que es sufrir de verdad. Pero entonces te acuerdas de todas esas familias que sufren la atrocidad de la guerra en Ucrania o en el genocidio de Gaza. O en las personas con discapacidades o graves enfermedades que están padeciendo una pesadilla de larga duración. Y te invade una ola de humildad, pues te das cuenta que hay personas que están sufriendo muchísimo más que tú. Supongo que eso se denomina compasión. Has visto el sufrimiento frente a frente y comprendes mejor el de los demás.
Recuerdo haber puesto esta preciosa balada de los Halloween en facebook hace unos años, cuando María estaba en Girona y la echaba de menos. Un gran tema para un día especial.
Unha aperta, compañeiro. Damián
ResponderEliminarOutra aperta ben grande e moi agradecida.
ResponderEliminarGrazas polo teu traballo.
Ánimo Xabi, un recordatorio precioso.
ResponderEliminarUn bico e unha forte aperta.
Graciñas, Monse. Outro bico (a ver se estou mellor a próxima vez que voltes por Ferrol).
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