A punto de terminar mis vacaciones (las más tristes de mi vida, por motivos obvios) vengo reflexionando algo en estos últimos días. Sobre todo a raíz de la última incursión por turberas de O Xistral con la pesada OM-1 y el 100-400 mm a cuestas. Entonces me acordé mucho de una frase que me había dicho hace unos años Fran Nieto, fotógrafo profesional y autor de varios libros sobre fotografía. Charlando sobre las virtudes de mis cámaras bridge él afirmo categórico: "son lo mejor para lo que tú haces". Aquel día en el Monseibán, mientras chapoteaba con cuidado por la turbera intentando no hundirme, con una vara en una mano y protegiendo el teleobjetivo de salpicaduras o la vegetación me vino su frase a la memoria.
Sony RX10 III (izda) y Panasonic G7 + Pana 100-300 mm (dcha)
El problema es que el paso del tiempo ha desarrollado en mí una gran pasión por la fotografía pero sigo haciendo lo mismo que hacía antes. Quiero decir, no realizo esperas largas, no monto hides, no voy en barcos con chumb para marinas, no tengo comedero en el jardín, etc. Fotografío sólo aquello que aparece en mis muestreos naturalistas, sea bajo una piedra, en un seto de Moeche o durante los censos de acuáticas. Y, sinceramente, los equipos grandes pueden resultar un auténtico incordio.
Cuando censas te mueves de un punto de censo a otro con el telescopio al hombro y los binoculares en el pecho. Cargar además con un teleobjetivo potente no es nada cómodo. Igual que cuando andas por el monte o quieres levantar unas piedras en una zona encharcada o abrupta. No puedes dejar la cámara en el suelo pero si te la dejas colgada resulta complicado levantar cualquier piedra grande sin riesgo de que toque en el objetivo o en la lente. Pero una bridge, sobre todo las pequeñas, resultan muchísimo más ligeras y mucho menos voluminosas. Al final lo más importante no es el modelo de cámara u objetivo sino el uso que le vas a dar. Quizá pensamos mucho en la máquina y menos en lo que queremos hacer con ella (a la gente que me consulta en privado siempre le insisto en ello).
Canon SX70
Evidentemente ahora que tengo un pepino como la OM-1 y un buen objetivo (tampoco un pata negra) veo la diferencia de calidad entre una y otras. Pero al final para sacar rendimiento de verdad a un cacharro de éstos estás obligado a ser más fotografo y menos naturalista. Es una opinión. De hecho la mayoría de pajareros gallegos que hacen fotos realmente buenas se dedican a la fotografía (con esperas, hides, reclamos, viajes en barco, etc) y poco o nada a lo otro. Cuestión de prioridades.
Nikon P1000
En fin, todo esto son divagaciones porque estoy en una pequeña encrucijada. Después de haber hecho una enorme inversión económica siento que si no cambio mis prioridades no voy a sacarle nunca todo el partido a este equipo actual. Sin embargo, cuando salgo a bichear con alguna de las bridge me siento muy cómodo y veo que hago aquello para lo que están diseñadas.
Pongo unas fotos que he escogido rápidamente del archivo tomadas con cámaras compactas. No porque no esté contento con el equipo grande, sino por el cariño que sigo manteniendo por esas pequeñajas maravillosas.
Collalba desértica (Oenanthe deserti)
Canon SX60 focal 1365 mm equiv ISO:200 V:1/320 F:6,5
Andarríos bastardo (Tringa glareola)
Canon SX60 focal 1365 mm equiv ISO:125 V:1/500 F:6,5
Zampullín chico (Tachybaptus ruficollis)
Nikon P1000 focal 2000 mm ISO:280 V:1/250 F:6,3
Correlimos tridáctilo (Calidris alba)
Canon SX60 focal 1365 mm equiv ISO:200 V:1/800 F:6,5
Termino con otra frase. Un viejo amigo me decía que las bridge son como una llave inglesa. Las llaves inglesas sirven para ciertos apaños pero un mecánico necesita llaves fijas, de estrella, etc. ¿Pero qué necesita un naturalista?
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