A pesar de los adversos modelos que pronosticaba la web de Meteogalicia ayer fui el monte Monseibán, dentro del macizo de O Xistral en el norte lucense.
Con 7º C, un viento frío como el demonio, el cielo encapotado y una densa niebla no parecía que estuviésemos a una semana del verano, pero estas tierras altas son así. Tenía que esperar hasta que se disipase la niebla en el Monseibán así que bajé a otros sitios que conozco.
Con este mal tiempo aborté mi idea inicial de prospectar turberas, aunque estas condiciones invernales, prohibitivas para la mayoría de hérpetos ibéricos, suponen un día de playa para la durísima rana bermeja, el más resistente de nuestros anfibios. Uno de los ejemplares observados me sorprendió con un patrón de color muy típico de las patilargas: fondo gris "frío" con manchas claras.
En el breve transecto realizado por hábitat de turbera encontré numerosas comunidades de esta orquídea, identificada gracias a Rafa López Loureiro y Miguel Serrano (mis asesores de botánica).
Y esta liliácea, que recuerda bastante a nuestra bien conocida abrótega:
Hoy vamos a obviar lo malo (en cuanto a deterioro medioambiental) para centrarnos en lo bueno, que todavía queda por estas tierras.
Los bisbitas alpinos, muy comunes aquí a partir de sólo 600 m sobre el nivel del mar, ya han sacado sus primeros volantones. Varios jovenzuelos se mostraban muy confiados con el observador.
Uno de los progenitores vigilaba desde la distancia. Observad la diferencia en el tono gris limpio de su cabeza o el pico completamente negro y sin comisuras labiales.
El bisbita arbóreo resulta igualmente abundante, ocupando hábitats de borde forestal o repoblaciones jóvenes de coníferas. Que yo recuerde no he visto una densidad tan elevada de esta especie en ningún otro lugar.
Muy parecida en aspecto y hábitat la totovía es bastante rara por el extremo Norte. Por eso me alegró ver una pareja en lo alto del Monseibán.
Pero si hay un paseriforme protagonista en el Monseibán es, sin duda, el verderón serrano (Carduelis citrinella), que tiene allí una de sus poblaciones gallegas. Gracias a las indicaciones de David Calleja pude ver y fotografiar al más raro de nuestros fringílidos, aunque no paraba de acicalarse y moverse mientras lo afotaba así que la imagen es justita de calidad. A Dios pongo por testigo que algún día pondré fotos buenas.
Estos pinares son de porte bajo o medio pero atesoran una estupenda variedad de aves que pude observar como: picos picapinos, pitos reales, palomas torcaces, herrerillos capuchinos, reyezuelos listados, agateadores comunes, zorzales charlos, mirlos, pinzones vulgares o arrendajos.
En campo abierto, los buitres leonados se han vuelto habituales. Por ahora no son nidificantes, sino ejemplares jóvenes o adultos no reproductores que nomadean por la zona en Primavera-Verano.
Verlos pasar tan cerca de los eólicos da miedo. Ya se conoce que son causa de muerte relativamente frecuente o problemas de orientación para ciertas rapaces y murciélagos.
Hubo mal tiempo pero la Naturaleza me compensó con su buena cara. Y qué mejor cara que las flores, esencia misma de la armonía natural.
Y así terminamos este post retro, en esta melancólica y triste tarde de domingo. Mañana me incorporo al trabajo y espero que eso me ayude a salir del oscuro túnel de sombras en que me encuentro.
Niebla en el Monseibán a primera hora
Con 7º C, un viento frío como el demonio, el cielo encapotado y una densa niebla no parecía que estuviésemos a una semana del verano, pero estas tierras altas son así. Tenía que esperar hasta que se disipase la niebla en el Monseibán así que bajé a otros sitios que conozco.
Rana bermeja (Rana temporaria) con patrón iberica
En el breve transecto realizado por hábitat de turbera encontré numerosas comunidades de esta orquídea, identificada gracias a Rafa López Loureiro y Miguel Serrano (mis asesores de botánica).
Dactylorrhiza maculata
Y esta liliácea, que recuerda bastante a nuestra bien conocida abrótega:
Narthecium ossifragum
Hoy vamos a obviar lo malo (en cuanto a deterioro medioambiental) para centrarnos en lo bueno, que todavía queda por estas tierras.
Pradera de Junco de algodón (Eriophorum angustifolium) en una turbera
Penedos o roquedos graníticos típicos de la sierra
Brezales y turberas de montaña. La FELICIDAD!
Los bisbitas alpinos, muy comunes aquí a partir de sólo 600 m sobre el nivel del mar, ya han sacado sus primeros volantones. Varios jovenzuelos se mostraban muy confiados con el observador.
Bisbita alpino (Anthus spinoletta) juvenil
Nikon B700 focal 258 (1440 mm) ISO 250 V: 1/640 F: 6,5
Uno de los progenitores vigilaba desde la distancia. Observad la diferencia en el tono gris limpio de su cabeza o el pico completamente negro y sin comisuras labiales.
Bisbita alpino (Anthus spinoletta) adulto
El bisbita arbóreo resulta igualmente abundante, ocupando hábitats de borde forestal o repoblaciones jóvenes de coníferas. Que yo recuerde no he visto una densidad tan elevada de esta especie en ningún otro lugar.
Bisbita arbóreo (Anthus trivialis) cantando desde pino silvestre
Muy parecida en aspecto y hábitat la totovía es bastante rara por el extremo Norte. Por eso me alegró ver una pareja en lo alto del Monseibán.
Totovía (Lullula arborea)
Pero si hay un paseriforme protagonista en el Monseibán es, sin duda, el verderón serrano (Carduelis citrinella), que tiene allí una de sus poblaciones gallegas. Gracias a las indicaciones de David Calleja pude ver y fotografiar al más raro de nuestros fringílidos, aunque no paraba de acicalarse y moverse mientras lo afotaba así que la imagen es justita de calidad. A Dios pongo por testigo que algún día pondré fotos buenas.
Verderón serrano (Carduelis citrinella)
Estos pinares son de porte bajo o medio pero atesoran una estupenda variedad de aves que pude observar como: picos picapinos, pitos reales, palomas torcaces, herrerillos capuchinos, reyezuelos listados, agateadores comunes, zorzales charlos, mirlos, pinzones vulgares o arrendajos.
Herrerillo capuchino (Parus cristatus)
Pinar de repoblación con Pinus sylvestris
En campo abierto, los buitres leonados se han vuelto habituales. Por ahora no son nidificantes, sino ejemplares jóvenes o adultos no reproductores que nomadean por la zona en Primavera-Verano.
Bando de buitres leonados buscando las térmicas
Verlos pasar tan cerca de los eólicos da miedo. Ya se conoce que son causa de muerte relativamente frecuente o problemas de orientación para ciertas rapaces y murciélagos.
Buitre leonado (Gyps fulvus)
Veronica officinalis
Nikon B700 focal 14 (80 mm) ISO: 140 V: 250 F: 4,5 Exp matricial + 0,3
Y así terminamos este post retro, en esta melancólica y triste tarde de domingo. Mañana me incorporo al trabajo y espero que eso me ayude a salir del oscuro túnel de sombras en que me encuentro.
Gostei muito do post ;) Aguardando essas novas imagens do verderolo serrano, quando as consigas. Umha aperta,
ResponderEliminarDamián. PD: ainda nom somos conscientes do tremendo impacte dos eólicos, e nom só polas aspas: viais, tendidos de evaquamento, subestaçons, canalizaçons, etc. E a cousa tem mala pinta: https://www.lavozdegalicia.es/noticia/deza/rodeiro/2019/04/21/proyectos-nuevos-parques-eolicos-disparan-zona/0003_201904D21C19910.htm
Efectivamente. Comentárame un dia Pedro Galán o impacto tremendo que tiveram as infraestruturas viarias associadas que, por exemplo, destruíram moitas charcas e branhas.
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