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xoves, 19 de marzo de 2020

Relatos cortos naturalistas: "Un halcón percebeiro"

    Ahora tengo tiempo y puedo actualizar el blog casi a diario. Con esta idea pretendía subir un post diferente, que incluyese las observaciones más interesantes de 2004. Pero repasando los cuadernos de campo vi que eso era materialmente imposible dado el descomunal volumen de citas que tengo en ese año extraordinario (con salidas a la montaña gallega, a Villafáfila, La Nava o a Los Arribes).

   Así que he escogido un episodio increíble que presencié en compañía de Marcos Otero Filgueiras, joven biólogo entonces, que a menudo me acompañaba en las salidas al campo. Un suceso ocurrido el 21 de Octubre de 2004 en los acantilados de Punta Frouxeira, hermoso cabo situado en el ayuntamiento de Valdoviño. Anoté en el cuaderno todo lo que sucedió, que fue así:

 Paisaje de Punta Frouxeira

     Tras visitar la laguna nos acercamos hasta el cabo - un lugar atractivo para las aves en migración - donde avistamos un bando de 97 chorlitos dorados que descansaban en las praderas litorales. En esa época la peste mascotera no había invadido aún la naturaleza por lo que muchas especies encontraban un lugar de paz y reposo en aquellos entornos apartados del tumulto de la playa.

 Chorlito dorado (Pluvialis apricaria)

    Cuando estábamos contando el grupo algo los asustó y salieron en desbandada para volver a posarse poco después justo al borde del acantilado. En ese momento apareció un halcón peregrino volando a media altura que se lanzó en picado hacia los chorlitos, que ya se habían posado en tierra.

 Chorlitos dorados en vuelo

 Halcón peregrino (Falco peregrinus)

   Quizá por inexperiencia o por algún fallo de cálculo el halcón se pasó de largo y desapareció tras el acantilado. Tras esperar un momento y ver que la rapaz no aparecía nos acercamos corriendo para localizarlo. Y allí abajo lo encontramos, posado en las rocas de la base del acantilado al mismo borde de la rompiente; algo propio de cormoranes o gaviotas pero sorprendente e inexplicable en un halcón.
  La rapaz permanecía inmóvil, como en shock, mirando para el mar, al que probablemente nunca había visto tan cerca. Desde el borde del acantilado Marcos y yo intuíamos el peligro porque el ave estaba como paralizada pero no podíamos hacer nada. Hasta que pasó lo que tenía que pasar y una ola traicionera lo sorprendió, como si de un percebeiro se tratase, arrastrándolo con ella. Arriba el viento se llevaba nuestros vanos gritos de alarma.

   El tiempo se paró y vivimos con extrema preocupación los instantes en que el halcón desaparecía entre el oleaje del mar. Cuando ya temíamos lo peor una pata salió de entre la espuma y se agarró a una roca. Esa garra que tantas vidas habría quitado sirvió en esta ocasión para salvar la suya propia. Una vez hubo asido con la otra pudo arrastrase sobre la roca y salir del agua. Dificultosamente pudo ir accediendo a rocas más elevadas y sólo entonces, fuera del alcance de las olas, respiramos tranquilos.

 Halcón peregrino en acantilado

    Encharcado y asustado, finalmente logró acceder a la parte superior del acantilado, donde permaneció unos minutos hasta que su plumaje le permitió volar. Después realizó un par de vuelos cortos y se alejó de nosotros, posándose en lo alto de otro acantilado hasta que los rayos del sol le devolviesen a su condición de rey de los cielos. Sin duda fue uno de los episodios más sorprendentes que haya vivido en el campo. Afortunadamente con final feliz para esta nuestra joya alada.

Oceáno Atlántico

4 comentarios:

  1. "Joya alada". Subscribo... Muito me prestavam as observaçons de falcom peregrino em voo de caça quando era chaval. Lembro-as como subidons de adrenalina, quase como o culmem dum naturalista. Ainda agora as tenho como das estampas mais espectaculares que um pode ver no campo. Um abraço, Damián Romay

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    1. Desde logo. Quicá no nosso caso cobra maior importáncia ou "status", digamos, pola ausência quasse total de grandes rapazes na Galiza. Agora começam ser comuns a Águia cobreira ou a caudal, mas há 30 anos estavam ausentes na maior parte do pais. O Açor e o Falcom eram as "grandes rapazes" que podiamos aspirar a ver o 90% dos galegos.

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  2. Saudos
    a natureza sorpréndenos ós que a observamos e na maioría dos casos é porque temos uns esquemas que non se corresponden coa realidade, froito do descoñecemento. Eu non me atrevería a afirmar algunhas cousas xa que non sabemos o que pasa pola mente dos bichos e inconscientemente facemos unha comparativa co que somos ou facemos nós os humanos. O ano pasado vin a dúas cornejas pescando peixes, sabía que se alimentaban no intermareal mesmo con grupos de mais de 200 nesta zona. Como movían as algas como as gaivotas e comían na superficie sempre pensei que se alimentaban so de invertebrados. Estes dous exemplares que vin posiblemente pescaban con frecuencia aproveitando as baixamares, poñéndose enriba de argazos que flotan nas pozas e arponeando peixes como se fosen garzotas. Sorprendeume a efectividade que tiñan, a ver si algún día son capaz de afotalas ou facer un video. Bueno, agradecerche a contribución a facer estes días mais amenos. Creo que a natureza nestes días agradecerá tamén que non andemos tanto por ahí. apertas

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    1. Qué interesante iso dos corvos pequenos, Emilio. A ver se podes documentalo.
      Apertas
      PD: Eu non son tampouco de "humanizar" a fauna, pero isto non era un artigo científico senón narrativo, home.

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