La semana que viene tienen lugar las fiestas patronales en mi barrio. El año pasado escapé unos días a Ourense porque desde mediados de semana resulta insufrible todo lo que conlleva la fiesta: imposibilidad para aparcar el coche, ruido, las clásicas reyertas, verbenas nocturnas hasta las tantas de la mañana, etc... Pero la escapada a la comarca de A Limia no fue demasiado productiva. Aquello está muy, pero muy hecho polvo. Nada que ver con A Limia que conocí hace sólo 25 años.
Algún colega se ha ofrecido para enseñarme aquello cuando vuelva por allí, cosa que agradezco. Sin embargo desde Ferrol es un viaje muy largo, casi hasta la otra esquina del país. Por un poco más llego a Villafáfila y claro, no hay color. Aunque precisamente color es lo que sobra en aquella extraordinaria comarca zamorana:
Y ahora a rezar para no pase nada raro y que el clima acompañe. Aunque llueva un poco no hay problema para un gallego, pero si entra una borrasca gorda habrá que abortar misión.
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