Han comenzado las Fiestas Patronales en Ferrol y con ello vuelven tradiciones populares en mi barrio, como las peleas entre autóctonos, los machetazos de los de fuera y las reyertas de los etnianos, que tienen ocupadas a todas las patrullas policiales de la ciudad dejándonos a los ciudadanos normales sin su servicio. Esta semana vi un pequeño accidente de tráfico, con unos rascazos en la carrocería, que entre personas se soluciona firmando un parte amistoso. Pero uno de los vehículos implicados era de la etnia y como siempre ya estaba allí medio clan. Antes de verlos ya lo imaginé cuando vi un coche de la Policía Local y dos de la Nacional. Por un puto rascazo en el coche.
Esta madrugada me despertaban unos gritos y el ruido de una pelea en la calle Venezuela. Desde la ventana de mi habitación no se puede ver esa calle pero escuché un ruido como si rompieran un escaparate o la luna de un coche. Más tarde, a las 6,40 h (mientras me dirigía al coche) una chica tuvo la imprudente ocurrencia de sacar dinero de un cajero automático. En ese momento apareció un joven negro y muy alto, que traía una borrachera importante o iba puesto de algo más, gritando como un poseso contra todo el que pasaba. Empezó a molestar a la chavala (estaría muerta de miedo) que le dijo que iba a llamar a la policía. Cuando escuché al tío pidiéndole dinero ya le grité desde el otro lado de la carretera e inmediatamente llamé yo a la policía. Primero a los locales, que comunicaban. Después a los nacionales, que no vinieron. Cuando miré la prensa del día lo entendí.
En cuanto me vió, el fulano que molestaba a la joven me gritó algo en un idioma que no entendí pero escapó del lugar no sin antes molestar a un adolescente que venía por la acera. Al menos la chica pudo volver tranquila para su coche. En fin, historias de Ferrol...
ENTRADA
Luego de una madrugada tan accidentada escapé para Moeche a respirar aire puro y olvidar el ambiente tan enrarecido de mi barrio, que en apenas diez o quince años ha pasado de ser uno de los barrios más tranquilos a ser el guetto más peligroso de la ciudad.
En As Regas de Moeche realicé uno de los transectos habituales para control de alcaudones. La mayoría han marchado pero en el territorio 1 permanecía el grupo familiar. Al menos los juveniles, pues todos los ejemplares que identifiqué lo eran.
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